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La joven iraní Sahar Jodayarí murió a causa de las quemaduras sufridas tras inmolarse al conocer que podría ser condenada a seis meses de cárcel por intentar entrar a un estadio de fútbol, algo prohibido para las mujeres en Irán.

Su muerte generó gran conmoción este martes y una ola de críticas en las redes sociales, donde numerosos internautas pidieron a la FIFA que presione al Gobierno de Teherán para que permita a las mujeres acudir a los estadios o que incluso elimine a Irán de las competiciones internacionales.

Jodayarí, de 29 años y conocida como la "chica azul" por los colores de su equipo Esteghlal, falleció en un hospital de Teherán el lunes, informó en una breve nota la agencia semioficial iraní Shafaghna. 

Esteghlal expresó su profundo pesar por el fallecimiento y ofreció sus condolencias a la familia de la joven, que fue detenida por la policía cuando intentó colarse disfrazada de hombre el pasado marzo en el estadio Azadí de Teherán para ver el partido entre este equipo y el emiratí Al Ain.

Pasó dos días en la cárcel de Gharchak y fue liberada a la espera de juicio, pero, cuando supo a principios de mes que podía enfrentarse a una condena de seis meses de cárcel, la joven decidió prenderse fuego, causándose quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo.

Amnistía Internacional (AI) denunció que Sahar Jodayarí "todavía estaría viva si no fuera por esta prohibición draconiana y el trauma posterior de su arresto y enjuiciamiento". "Su muerte no debe ser en vano. Debe estimular el cambio en Irán para evitar más tragedias en el futuro", indicó en un comunicado Philip Luther, responsable para Oriente Medio de AI.

Debido a las presiones de la FIFA, las autoridades iraníes anunciaron que las mujeres podrán acudir al estadio Azadí el próximo 10 de octubre para ver el partido entre las selecciones de Irán y Camboya de la eliminatoria para la Copa del Mundo de 2022.

Las mujeres no pueden entrar en los estadios en Irán para ver jugar a los hombres desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979, que estableció la política de segregación de sexos y numerosas restricciones para ellas.

Desde hace unos años se permite en algunos partidos en Irán una presencia reducida de mujeres, pero siempre muy figurativa y por invitación, en medio del tira y afloje entre los sectores reformistas y conservadores de la República Islámica.

Es habitual, no obstante, que las mujeres intenten colarse en los estadios disfrazadas de hombres con gorras, pelucas e incluso barbas postizas, pese al riesgo de ser descubiertas y detenidas por la policía.

(EFE)