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Una lluvia de flashes sacudió la alfombra roja del festival de cine de Cannes cuando la mexicana Salma Hayek la pisó. Pero no solo los fotógrafos pusieron atención a su presencia por ser una estrella del cine internacional. Todas las miradas las robó la morocha, que eligió un vestido violeta con un pronunciado, o más bien pronunciadísimo, escote que llamó la atención de todos los presentes.

 

Sí, tiene una excelente delantera y no teme mostrarla. La mexicana de 48 años acudió al estreno de la cinta Carol, dirigida por Todd Haynes, y con Cate Blanchett, Rooney Mara y Kyle Chandler en el reparto. Acompañada por su marido, el empresario francés François-Henri Pinaul la actriz lució un diseño de Gucci que resaltaba especialmente sus atributos.

 

Habrá que ver cuan contenta estará la mexicana con la cobertura de los medios. Salma es una declarada defensora de los derechos de las mujeres y reivindicadora de la igualdad de género. Además recientemente se sumó al debate en Hollywood sobre los salarios en la industria del cine entre hombres y mujeres.

“El único valor que añadimos a una película es ser mujer objeto. El único tipo de película en el que las mujeres ganan más dinero que los hombres es en el porno. No es gracioso”, sostuvo. Claro que era difícil sacarle los ojos a su generoso escote en Cannes, será la estrategia que eligió la artista para no pasar desapercibida. Y para que, más allá de posar sus ojos en ella, también escuchen lo que tiene para decir.