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El número de personas contagiadas de Covid-19 ya supera los 1800 en la ciudad. De ellos, el 7,4 por ciento son trabajadores de la Salud. Asimismo, parte de este grupo está compuesto por médicos residentes cuya primera experiencia profesional se ve atravesada por una pandemia, un escenario atípico que nunca imaginaron durante sus años de estudio. Agotamiento, sobrecarga de tareas, falta de contención y temor al contagio son las principales sensaciones de los jóvenes que se desempeñan en distintos efectores públicos de Rosario.

Carla nació en Firmat y llegó a la ciudad hace diez años para estudiar Medicina. Se denomina a sí misma "R1" y se especializa en cirugía general en el Hospital Centenario. "La pandemia nos agarró en un momento de transición para todo el servicio, por lo que tuvimos que replantear las responsabilidades y el hospital entero coincide en que fuimos los más afectados", cuenta la joven a Rosarioplus.com. Cada día, se encarga de ingresar pacientes, armar historias clínicas, pedir estudios, sacar sangre, "camillar", tareas administrativas, buscar elementos que faltan, y más. "Estamos en casi todo", resume.

Según explicó la joven de 28 años, los médicos residentes trabajan 15 días continuados de "guardia-post guardia" y tienen una semana libre, aunque deben estar atentos en caso de tener que cubrir a alguno de sus compañeros. Por lo general, ingresan al hospital alrededor de las 5 de la mañana y se retiran a las seis de la tarde. "Hay guardias que son tremendas y otras en las que uno puede parar a tomar un café. Es bastante cansador, estresante y creo que lo que más nos tiene mal es la incertidumbre. Uno toma todos los recaudos, y aún así no está exento de enfermarse de cualquier cosa, no solo de este virus", menciona Carla.

Sensaciones similares son las que atraviesa Catalina, de 25 años, que desarrolla tareas en el Hospital Provincial como residente no remunerada: "Empecé súper entusiasmada por todo lo que iba a aprender pero con la pandemia se complicó todo", expresó y remarcó que el hecho de que los casos de Covid-19 hayan surgido en el efector más tarde de lo que se esperaba "ayudó a prepararse mejor". "Al principio buscábamos desesperados máscaras y equipos de donaciones y de nuestro bolsillo porque no llegaban, ahora tenemos todo", agregó.

Sobre la modalidad de trabajo, contó que no asisten a las guardias todos los días "como es habitual", a fin de disminuir la exposición.

"En el mes de junio, a los no rentados nos desobligaron porque en caso de tener que aislarnos no podemos trabajar afuera y por ende no cobramos. Ahora nos reincorporaron por falta de personal y algunos aceptamos sin saber de qué se trata", indicó.

Temor al contagio y falta de contención

El enorme temor a contagiarse de coronavirus al asistir a sus trabajos es un denominador común entre los jóvenes trabajadores de la Salud. Agradecen la comprensión de algunos pacientes que entienden el drama de los residentes.

"Algunos pacientes son seres maravillosos que comprenden la gravedad de la situación y nos dan una mano increíble cuidándose, y otros que prefieren ponernos a todos en riesgo. A veces operamos pacientes sospechosos, con el protocolo y los 'mamelucos bancos' famosos que se ven en la tele. Cuando los hisopados dan negativo es un alivio", aportó por su parte Carla.

"La atención de pacientes posibles Covid da miedo, aún teniendo todo el equipo puesto", mencionó Catalina, quien nació en Villa Constitución y llegó a la ciudad hace siete años con el mismo plan de Carla: alcanzar el anhelo de convertirse en trabajadora de la Salud, pero en un contexto diferente. 

"Mi familia no vive en Rosario así que no los veo. Ni hablar de la falta de contención que genera estar en esta situación. Ellos me dicen que me extrañan y tienen miedo por mí, hasta querían que renuncie a la profesión, así que trato de llevar tranquilidad", lamentó.