Un trabajo de preservación permitió poner a la vista los antiguos ladrillos, para que las paredes se muestren como en los tiempos en que estuvo el general San Martín. La tarea se llevó adelante en el marco de un programa de preservación permanente, que apunta a la valorización del patrimonio histórico local a cargo de la municipalidad de San Lorenzo.

Puntualmente, las tareas se concretaron en el pasillo de ingreso al establecimiento, el refectorio y su antesala, la galería de escudos y un pasillo lateral. En esos sectores, hasta los 2,50 metros de altura, se efectuó la remoción del revoque y se aplicó un aislante de humedad para descubrir la fisonomía que los muros presentaban en 1813, cuando San Martín se alojó en el convento por el combate con la fuerza realista.

Finalmente se realizó un tratamiento especial sobre la superficie expuesta, del mismo tipo que el efectuado previamente en los tapiales del patio interno y el techo de las galerías del Museo Conventual.

La obra demandó un minucioso trabajo de preservación del material museológico para evitar el contacto con el polvillo, razón por la cual se mantuvieron selladas todas las aberturas de los diferentes claustros mientras se llevó adelante la intervención.

Paralelamente se ejecutaron diferentes labores de mantenimiento en diferentes espacios del Complejo Museológico a la espera de que la evolución de la coyuntura sanitaria permita su reapertura plena.

La batalla de San Lorenzo

Más que una batalla, el conflicto consistió en el combate de San Lorenzo, debido a su corta duración (15 minutos) y la escasa cantidad de soldados que participaron. De todos modos, constituye un hecho histórico de importancia, tanto para la Independencia de Argentina como para la independencia de los pueblos de América del Sur.

La estrategia de combate del general San Martín consistió en ocultarse en el convento franciscano de San Carlos de Borromeo, en la localidad de San Lorenzo, a orillas del río Paraná y próximo a la ruta que generalmente utilizaban los españoles asentados en Montevideo para abastecer a su ciudad. Así, cuando los realistas llegaron en barco desde Montevideo, fueron sorprendidos por el ataque de las fuerzas patriotas.

Este fue el único combate realizado en el suelo argentino por el general José de San Martín y su Regimiento de Granaderos a caballo, y en él participaron aproximadamente 250 españoles y 175 soldados rioplatenses.