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El sábado amaneció bajo un manto de nubes y una humedad que quita la respiración, ambos indicios de un día lluvioso.

Con una humedad del 96 por ciento, mientras paredes, pisos y tendederos sudan, el Servicio Meteorológico precisaba una temperatura mínima de 22 grados y una máxima de 29 para la jornada.

Un día para hacerle frente, paraguas en mano como aliado, y salir a probar la paciencia.