El jueves, seis senadores oficialistas y opositores de Estados Unidos lograron un acuerdo y presentaron a la Casa Blanca un proyecto de reforma migratoria que no le gustó nada al presidente. Es que, en el escrito, los legisladores recomendaban entregar visados a ciudadanos de países como como El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán, los cuales habían sido retirados recientemente del programa de Estatus de Protección Temporal (que desde 1990 concede permisos a los ciudadanos de naciones afectadas por conflictos bélicos o desastres naturales).

Según trascendió en la prensa estadounidense, Trump reaccionó con uno de sus ya típicos exabruptos en plena reunión con los senadores. "¿Por qué tenemos a toda esta gente de lugares de mierda viniendo aquí?", es la polémica frase que habría dicho el presidente y que una vez más generó el enojo y repudio masivo de la ciudadanía. Acto seguido, el magnate pidió que en cambio deberían llegar más inmigrantes de países como Noruega.

Rápidamente, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnur), Rupert Colville calificó de "racistas y vergonzosos" a los comentarios del presidente. Por su parte, y como acostumbra a hacer, Trump salió a negar todo por Twitter: dijo que había sido un invento de los demócratas y que jamás había dicho nada despectivo de los países mencionados.

Por las dudas, el senador demócrata Dick Durbin, uno de los legisladores que estuvo presente en la reunión donde Donald habría lanzado semejante frase, desmintió al presidente. "Él dijo esas cosas llenas de odio y las dijo repetidamente", aseguró en declaraciones a la prensa.

La cuestión migratoria es uno de los temas que más debate y preocupación generan hoy por hoy entre los habitantes de Estados Unidos. Recientemente, Trump dio de baja el programa Daca (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), promulgado en 2012 por el ex presidente Barack Obama para amparar a los "soñadores" (aquellos hijos de inmigrantes arribados al país siendo niños), dejando así en situación de posible deportación a unos 800.000 jóvenes. Si bien la decisión tuvo fuertes resistencias judiciales y hasta bloqueos judiciales, el gobierno trabaja en una alternativa que medie entre las intenciones del presidente y la protección de los derechos de los inmigrantes.

Una de las demandas de Trump para la nueva legislación no es menos polémica que dar de baja la anterior: quiere que incluya la asignación de presupuesto para la construcción del famoso muro físico con México. Aparentemente, este punto estaría contemplado en el proyecto que el propio presidente rechazó el jueves.