La jornada de asunción de Omar Perotti dejó en claro el vínculo estrecho al que apuesta el gobernador con la administración nacional. La presencia in situ del presidente Alberto Fernández significó un fuerte respaldo al que Perotti se aferró y abrazó en su mensaje final como forma de encontrar soluciones para la provincia.

Perotti no cambió el tono de su campaña y dijo de su boca todo lo sostenido por el PJ durante la truncada transición santafesina. Se mantuvo duro en el diagnóstico durante el mensaje de la Asamblea Legislativa lanzando dardos contra la gestión de Miguel Lifschitz quien se encontraba a su lado. 

La primera impresión es que buscará mostrarse firme en un comienzo de gestión complicado en términos financieros -con un déficit de 9.129 millones de pesos-. A su vez, se mostró firme en un tema principal de su campaña, la seguridad.

En este punto anunció trabajar en programas nacionales para la “presencia y coordinación de fuerzas federales en la lucha contra el delito”. Una salida rápida, apoyada en la buena sintonía con Alberto Fernández.

Justamente, la presencia de Alberto Fernández es el dato político de la jornada. Es la piedra fundacional de lo que el presidente planea para su gestión: apoyarse fuertemente en los gobernadores. En este marco, Perotti es un protagonista principal.

“Queremos trabajar en armonía con la Nación, dejar atrás años de desencuentros. Cuando a Argentina le va bien, a Santa Fe mejor (…) Insistimos trabajar en forma coordinada. Diálogo maduro para acompañar al presidente de la Nación”, sintetizó Perotti.

 “Era nuestro deseo esto”, dijo señalando la plaza frente a la Casa Gris. “La cercanía”, agregó. Ahí estaba el entusiasmo peronista. En su turno, la vicegobernadora Alejandra Rodenas también habló de la unidad: “No es tiempo fácil, la convicción para recuperar el gobierno se ve consagrada en la unidad, con el honor de ser visitada por el presidente de la unidad, el presidente Alberto Fernández”.