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La función manos libres o dispositivos "wearables" -gafas, pulseras, relojes que permiten operar un dispositivo móvil sin necesidad de manipularlos- usados al volante pueden ser igual de riesgosos que usar el móvil en su modo habitual.

Es una tecnología diseñada para recibir y contestar mensajes o medir la actividad deportiva, conectados al teléfono móvil vía Bluetooth, mientras se hace otra actividad como nadar, correr, cocinar. Sin embargo, su uso al volante no es recomendado. Así lo ha determinado un estudio realizado por la Universidad de Texas en San Antonio (EE UU) que establece que, debido a lo fácil que resulta utilizar wearables, los conductores se enganchan y se confían más, lo que significa que son iguales de peligrosos que los teléfonos móviles.

El estudio, que ha sido realizado en colaboración con el departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Wichita, ha examinado el comportamiento de 29 alumnos que usaron un simulador de conducción.

Los estudiantes iban recibiendo notificaciones y mensajes a través de unas Google Glass y de un smartphone mientras conducían y, después, los investigadores compararon los resultados de cada aparato.

Tras las pruebas, los científicos observaron que la simulación grabó cambios en la velocidad y en la dirección de las ruedas y pudieron comprobar que las Google Glass distraen a los conductores un poco menos, pero también daban a los participantes una “falsa sensación de seguridad”.

“Debido a la rápida respuesta del aparato y al control de voz, los conductores notaron más eficiencia, pero también eran más propensos a engancharse, algo que elimina la diferencia de seguridad marginal entre el uso del teléfono y el dispositivo wearable”, afirman en el estudio.