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El exceso de alcohol no es bueno, y eso es por todos sabido. Especialmente en aquellas ocasiones en las que se debe volver a casa manejando después de la fiesta, o en las que no se quiere sufrir mucho el día siguiente. O incluso cuando se trata de una fiesta de oficina cuyas repercusiones pueden marcar el futuro laboral, claro.

Para responder a esta necesidad se puso a trabajar un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego, y creó la solución: un tatuaje. Pero no, no uno de esos que se hacen algunos cuando beben mucho y no se acuerdan después. De esos hay y muchos.

Este es uno temporal, un sistema que se adhiere a la piel y registra, cada 15 minutos, el nivel de alcohol en sangre que tiene quien lo lleva gracias al sudor. El aparato está conectado a una app que el usuario debe tener instalada en el celular.

Así podrá consultar los datos actualizados de su estado, y decidir parar con la fiesta, pedir un taxi o quedarse un ratito más. El desarrollo fue divulgado en un estudio publicado por la Sociedad Estadounidense de Química.

El principal autor del estudio, Joseph Wang, comentó en un comunicado oficial lo conveniente que puede ser este “tatuaje”: “Esta tecnología ofrece una forma apropiada, conveniente y rápida de monitorear el consumo de alcohol para ayudar a prevenir que las personas conduzcan mientras están intoxicadas”.