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Los problemas que atravesó Facebook en los últimos meses por sus deficiencias en la seguridad de sus cuentas hizo que la red social creada por Mark Zuckerberg redoblara esfuerzos en blindar la transparencia de su derivado: la red social Instagram. Así es como este dispositivo se está dedicando a detectar seguidores falsos de ciertos usuarios que los compran para aumentar su popularidad de una manera falaz, y así promocionar su cuenta hasta encumbrarse como influencer.

La empresa anunció que está dedicada a la búsqueda de estos followers falsos, y de sus expresiones como "Me gusta", posteos y comentarios que son generados por software diseñado para generar eso, precisamente: apariencia de una popularidad que en realidad el usuario no tiene, o no tanto.

Algo así pasó hace unos años cuando el entonces gobernador de Misiones Maurice Closs compró 200 mil seguidores en Facebook para hacer propaganda turística de su provincia, y eso le costó 830 mil pesos. 

Lo que Facebook quiere es que el ciber mundo confíe en Instagram y en su contenido. "Recientemente, hemos visto que las cuentas utilizan aplicaciones de terceros para aumentar artificialmente su audiencia", dijo Instagram en una publicación.

"A partir de hoy (por el lunes), comenzaremos a eliminar los 'Me gusta', seguimientos y comentarios no auténticos de las cuentas que utilizan aplicaciones de terceros para aumentar su popularidad", señaló.

Instagram está utilizando programas de software para ayudar a identificar las cuentas que usan dichas aplicaciones y purgar los productos de actividades que no puedan ser verificadas como auténticas. Asimismo, la empresa anunció que notificará a sus usuarios cuando proceda a remover comentarios, seguidores o "Me gusta".

Esta movida tiene un destino más simple: sincerarse para que las empresas que publicitan en esas redes sociales continúen aportando sus fondos para la subsistencia de estas aplicaciones.

Todo esto es consecuencia de la campaña que sufrió Facebook a finales del año pasado con la difusión de noticias falsas (fake news), lo que llevó a Zuckerberg a comparecer ante el gobierno estadounidense. Desde entonces, la empresa ha buscado evitar la difusión de este tipo de eventos con campañas virales y controles estrictos de la operatoria de ambas empresas.