Los primeros minutos son incómodos. El desconocido del costado empuja suavemente y pide disculpas. Dos chicas de atrás se pisan entre sí: no se conocen, se nota, porque se ríen nerviosamente. Pronto un artista vuela por los aires y nada más importa. Todos los ojos están puestos en él. Luego las miradas se concentran en lo que pasa sobre el escenario pero también en una esquina y luego en la otra esquina, incluso a espaldas de donde uno está parado. 

Si bien hay butacas tradicionales en la platea, ver Sép7imo Día desde la arena es una experiencia única. La propuesta que trajo el Cirque Du Soleil a Rosario, cuyo preestreno fue este jueves en el domo especialmente construido en la ex Rural, incluye en el menú la opción de ser una "marea humana" que funciona como actor secundario en el show. Es la primera vez que la compañía canadiense suma un sector especial para que la audiencia esté de pie y siga de cerca lo que ocurre. 

Un grupo de "ángeles eléctricos" ayuda a moldear la masa: son quienes dan forma a la multitud, la mueven hacia un lado o hacia el otro, para que pase la escenografía o desfilen los artistas. Si bien desde la platea el espectáculo se ve más ordenado y se tiene una perspectiva global, en la arena (llamada "zoom zone") la movida se vive en primera persona. Difícilmente se puede competir con eso. 

La acrobacia y la tecnología son los pilares de Sép7imo Día, que deslumbra con su impecable producción. Aunque, a la vez, se siente también como un recital de Soda Stereo, un espacio de reencuentro para fanáticos. Incluso quienes no tienen a la banda entre sus favoritos disfrutan del espectáculo y hasta terminan cantando en voz alta clásicos como "Prófugos", "Persiana americana", "La ciudad de la furia" y "De música ligera".

Sep7imo Dia en Rosario

Es la primera vez que la compañía canadiense incluye un sector especial para que la audiencia esté de pie y siga de cerca lo que ocurre. El espectáculo ofrece funciones hasta el viernes 24 en un domo especialmente construido en la ex Rural.Ver nota completa: http://www.rosarioplus.com/contenidos/2018/08/18/noticia_0009.html

Publicada por RosarioPlus en Sábado, 18 de agosto de 2018

 

Son 36 artistas que se suben al escenario y exhiben sus talentos en cuadros que se suceden, sin pausa, uno tras otro. No hay una narrativa clara que los articule. Un gimnasta se mueve en una hamaca con forma de guitarra, una joven canta con su guitarra sentada en el piso, una pareja baila coreográficamente en una pecera, hay proyecciones que se funden con el decorado. El cóctel incluye juegos de luces, efectos visuales y hasta papel picado.

Los segmentos son muy variados y algunos atrapan más que otros. Párrafo aparte merece la participación de Toto Castiñeiras, creador e intérprete de la parte cómica de la producción. El talentoso clown marplatense se mete al público en el bolsillo con una rutina cómica sobre el escenario que se reproduce en tiempo real en múltiples pantallas. 

A medida que pasa el tiempo, la incomodidad inicial de quienes forman la marea humana se transforma en complicidad. La multitud comienza a moverse al ritmo de la música, hay gritos solidarios para avisar dónde están pasando las cosas (con propuestas en simultáneo es difícil saber para dónde mirar) y si los amigos se pierden entre tanta gente es probable que los estribillos se terminen coreando felizmente con algún desconocido. Todo forma parte de la experiencia. Una experiencia muy instagrameable.

Tras el preestreno del jueves, este viernes comenzaron las funciones que se extenderán hasta el viernes 24 en la ex Rural del Parque Independencia. Las entradas se pueden comprar en Córdoba 1256 y a través del sistema TuEntrada.