La Ciudad de Buenos Aires difundió los controles de alcoholemia durante la Navidad y sobresalieron las excusas de los conductores que, a pesar de saber que no se puede conducir superando el 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, tuvieron salidas insólitas.

“Vivo a una cuadra”, fue una de las respuestas de una joven que había superado ampliamente el margen. En otro caso le pidieron cambiar de conductor, y en otro directamente quería seguir conduciendo porque “estaba bien”.