Susana Giménez eligió el programa de streaming Soñé que volaba para brindar una entrevista sobre su vida privada y también pasajes de su extensa carrera mientras espera volver a la TV.

La entrevistó Migue Granados y en un clima distendido la diva dejó pasajes como estos:

“A los 17 años fui mamá y mi mamá me ayudaba. Me faltaban todavía un par de meses para terminar el secundario. Lo terminé y fui maestra. Me encantaba. Yo de chica jugaba ser actriz y a ser maestra”.

“Yo era fan de Claudia Sánchez, y con Chunchuna Villafañe eran las estrellas de ese momento. Me saqué fotos y las llevaba a las agencias y el momento del bombazo fue la publicidad del jabón que hicimos en toda América”, dijo al recordar a Cadum y su emblemático “Shock!”. 

Evocó su arribo a la pantalla chica y la consecuencia amorosa: Carlos Monzón. “La Mary para mí fue la película más importante, porque fue cuando me tomaron en serio. Las de (Jorge) Porcel y (Alberto) Olmedo tuvieron muchísimo éxito, pero eran comedias ligeras.

“El libro me encantó, lo leí en una noche y me dije que tenía que hacer eso”, dijo sobre el papel que encarnó en la película y que disparó un tórrido romance con el boxeador co protagonista. “Tuvimos un flash, después y durante del rodaje. Era muy fuerte”, concedió y se negó a explayarse acerca de ese amorío.

Contó que a partir de la obra Las mariposas son libres se compró su primer departamento, en Juncal y Rodríguez Peña, Recoleta. La inflación hizo el resto: “La última cuota del crédito, que era un millón de pesos, en esa época ya alcanzaba para comprar un kilo de pan”, recordó.

Compartía cartel por entonces con Claudio García Satur. “Él era la estrella del momento, de Rolando Rivas, taxista, que tenía 50 puntos de rating, no podíamos caminar por la calle, nos llevaban en patrullero. Y en la puerta del teatro había 300 personas esperando, todas minas que le gritaban, y adentro del teatro 30, porque la obra era mala. Y también trabajaban Irma Córdoba y Luis Verdaguer, un gran elenco, pero la obra era mala, mala”, reconoció.

Habló también sobre sus grandes éxitos teatrales, La mujer del año y Sugar y hasta el presente, que anuncia su despedida de todo espectáculo de tablas en la próxima temporada de verano. “Este año me retiro del teatro, hago Piel de Judas en Punta del Este y ya avisé que es la última vez. Es muy duro hacer teatro. No lo vivo desde el lugar nostálgico”, explicó. Enseguida, reveló un encuentro revelador con Mirtha Legrand: “Lo que pasó con La mujer del año fue muy fuerte. Recuerdo que ella fue al ensayo general y cuando terminó me llamó y me dijo ‘tu vida es un antes y después de esto’, y tenía toda la razón del mundo”.

También habló de su vínculo con la pantalla chica, su otro gran amor, “El año que viene voy a hacer televisión. A mí me divierte trabajar, yo me fui porque no estaba de acuerdo con un montón de cosas que pasaban, no con el país, porque amo la Argentina, pero no me gustaba el Gobierno”, dijo sobre su elección de mudarse a Uruguay. Y eligió una anécdota de las miles en la tele: “Cuando vino Rod Stewart se volvieron locos en la producción, pidió un vino alemán blanco, había dos botellas en la Argentina, una se la tomó él y otra me la llevé. Y no la pude conseguir nunca más en el mundo”. Aunque luego aclaró al respecto: “Dejé de tomar alcohol un día que me empezó a hacer mal a la cabeza, estaba tomando mucho vino, me encantaba, sí. No tomó más y me siento mejor”.

Respecto a su día a día en su chacra de Punta del Este, donde se mudó durante la cuarentena, señaló: “Me levanto tarde, al mediodía, me duermo a las 5 o 6, entera. Me tomo algo para dormir”, reveló la diva sobre su rutina en Uruguay donde está rodeada por sus perros a quienes adora. “Leo el diario físico, tomo un té, me baño y me llevo a los perros a correr. Nos vamos al lago y le doy de comer a las carpas”, enumeró.

En este punto, y consultada por el conductor, la diva se explayó con una serie de quejas sobre el Candy Crush, la popular aplicación de entretenimientos, y contó que ya no compraba vidas por los impuestos que tenía que pagar en la Argentina: “Si juego en otro lugar que no sea acá, como en Uruguay, que te cobran en dólares, te suben el 70% y eso me dio bronca”, aseguró. “No dejé de jugar, porque se puede jugar gratis, pero antes compraba vidas, gastaba 8 o 9 dólares, pero que te pongan el 70% para jugar al Candy Crush...”, continuó a modo de queja. Y agregó: “La tarjeta ya está puesta en la app, pero me pareció una ofensa. Si todos hiciéramos lo mismo, esto no pasaría”, razóno.

(fuente Infobae)