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Que una cuenta trucha de Twitter del dueño de la empresa automotriz a la que le compraste un auto te ayude a resolver un gran problema, no tiene precio. Es lo que le pasó a la usuaria @Rosita2353, quien acababa de comprar un automóvil Fiat, pero cuando la empresa le cambió las condiciones de la venta, decidió quejarse directamente con el capo máximo, el mediático empresario Cristiano Rattazzi, escribiéndole a ¿su? cuenta en la red social del pajarito azul.

Eso sí, lo que Rosita no supo es que le pifió al arrobar y el mensaje fue dirigido a un fake, como se denomina a las cuentas falsas que usurpan la identidad de personajes públicos. Sin embargo, una serie de respuestas y confusiones llevaron a que, finalmente, el problema comenzara a resolverse y hasta el propio Rattazzi, el posta, desde su cuenta oficial, avalara todo lo que había pasado.

La cosa fue así: Rosita le mandó un tuit al ususario @ratazziCR, confiada en que se dirigía directamente con el capo máximo de la empresa. Pero no. Así y todo, el tuit tuvo una rápida respuesta de la cuenta oficial de Fiat Argentina, donde le indicaba los canales habituales de asistencia al cliente. Claro que la respuesta tan formal, casi automática, despertó el enojo del falso Rattazzi, que los conminó a dirigirse directamente a la atribulada clienta.

Nadie sabrá a ciencia cierta si el encargado de manejar la cuenta de Fiat sabía que no era su jefe el que le había recriminado la actitud, lo cierto es que, como contó luego Rosita, desde la empresa se comunicaron directamente con la afectada para ponerse a su disposición y resolverle el problema.

Ahí sí hizo su aparición estelar el Rattazzi posta, quien avaló todo lo que había sucedido, incluso la respuesta de su fake. Una bizarra historia digna de Twitter, con final feliz para todos.