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Un rosarino de 29 años quedó detenido, imputado y con prisión preventiva por el delito de realizar falsas denuncias. Lo singular no es el delito cometido, sino la cantidad de ocasiones en que lo repitió: 139 veces.

El juez penal de Rosario Juan Andrés Donnola le dictó prisión preventiva por un mes a Alan Leonel L, a instancias de los ficales César Cabrera y Nicolás Foppiani, de las unidades de Flagrancia y de Investigación y Juicio, respectivamente.

De la acusación se desprende que L. tenía por costumbre llamar por teléfono, de manera anónima, a la línea 911 y avisar de supuestos graves delitos que se estaban cometiendo en ese momento y que requerían de la presencia policial, o de una ambulancia de emergencias médicas. Y cuando la policía o los médicos llegaban al lugar indicado, comprobaban que todo era mentira.

Un vocero del Ministerio Público de la Acusación enumeró algunas de las falsas denuncias que, por acumulación, despertaron la curiosidad de los fiscales y que los puso a investigar. Lo que sigue es el reporte de los operadores del 911 que de inmediato propalaban a las patrullas de calle:

"* Masculino da cuenta que hay una pareja en moto intentando ingresar a un domicilio, no pudo ver.
* Masculino da cuenta que en el patio de su domicilio habría 2 masculinos, puede ver la vestimenta teme que ingresen.-
* Vecino informa que 3 masculinos habrían ingresado al domicilio -un masculino buzo azul, jean claro, zapatillas negras en auto negro.
* Masculino da cuenta que femenino le habría hecho línea sobre qué le habrían ingresado a su domicilio, aparentemente tendrían maniatados a los padres ella; se encontraría debajo de la cama.- 
* Casa de frente blanco, habría un masculino con su madre encerrados en garaje. La mujer con golpe en la cabeza. Estarían los autores dentro del domicilio. Da cuenta amiga de la víctima quien se comunicó por una aplicación automática.- 
* Dos masculinos con arma de fuego habrían ingresado a un local comercial, puerta y portón celeste. Tendría retenidos a un masculino y a un femenino, uno de los masculinos estaría en el local.
* Masculino da cuenta por Facebook en el grupo Cirujeando vio que un masculino de apellido Ferreyra solicita ayuda ya que habrían ingresado a robar a su casa. Los tendrían atados en el comedor por lo que dice la publicación. No aporta más datos...". La lista sigue así, de manera profusa e increíble.

Las tareas de inteligencia desplegadas por los fiscales y la policía desembocaron el jueves pasado en una casa de Pasaje Morse al 2000 (Ituzaingó al 5400), donde vive el joven señalado como el autor de la insólita serie de denuncias falsas.

El antecedente

Una fuente de Fiscalía recordó que Alan L. estuvo imputado en octubre de 2016 por un episodio parecido. El 9 de agosto de ese año, a la tarde, Alan había llamado al 911, dijo ser "empleado" (como los policías se llaman entre sí) para asegurar que había cuatro hombres en el techo de su casa con intenciones de entrar a robar, y que él se había defendido abriendo fuego e hiriendo a uno de ellos con un disparo.

La situación descripta generó un alarma que lanzó a patrulleros y ambulancias hacia esa vivienda. En esas circunstancias, uno de los móviles policiales chocó contra un auto en Lavalle y Presidente Perón. Uno de los agentes en su interior sufrió lesiones graves como la fractura de una pierna y traumatismo de cráneo con pérdida del conocimiento.

Cuando el resto de los policías arribó al lugar, todo lucía en calma y sin indicios de ladrones ni mucho menos. Rastrearon el teléfono desde el que se había hecho la denuncia, llamaron y atendió el mismo hombre que un rato antes se había descrito a merced de cuatro hampones. Pues ahora el muchacho negó telefónicamente haber realizado llamada alguna y desconoció el supuesto intento de entradera que había referido antes.

Alan L. había sido imputado esa vez, pero siempre manteniendo la libertad condicional, puesto que el delito de falsa denuncia es excarcelable. Ahora, con la profusa reiteración de 139 llamadas de esa índole al 911, la Justicia le perdió la paciencia y le cayó con el peso de su letra: 30 días de prisión preventiva y un nuevo juicio en puerta.

Por las dudas, lo recluyeron alejado de cualquier teléfono.

A continuación, podés escuchar tres grabaciones de la línea 911: primero, el llamado de L. denunciando el hecho que resultó inexistente; luego el de una vecina para avisar del accidente del patrullero; y por último el llamado de la operadora del 911 a L. cuando ya la mentira había quedado en evidencia.

El audio