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Cada 5 de enero a la noche se dejan zapatos, y dos recipientes con agua y pasto. Se dice que estos últimos son para que los camellos, cansados de tanto viaje, recuperen fuerzas, pero poco se sabe acerca del fin que tienen los zapatitos al costado de los recipientes.

En verdad, se trata de una costumbre que rinde honor a San Nicolás de Bari, un obispo que vivió en el siglo IV, cuyo padre era zapatero. Es en este santo en quien está inspirada también la figura de Papá Noel. 

Nicolás de Bari nació en la región de Licia, Turquía, en una familia adinerada y luego de la muerte de sus padres heredó una gran fortuna a la que renunció y la puso al servicio de los necesitados. Luego de esto se fue a vivir a Myra (Anatolia, actualmente Turquía), donde fue consagrado obispo. 

Muchos templos cristianos están consagrados a este obispo, luego convertido en santo, que es un símbolo de las dádivas y regalos en la religión cristiana. De hecho su nombre es notable, también, fuera del mundo cristiano porque es su figura la que dio origen al mito de Santa Claus o Papá Noel.

Es por esto que el día de reyes se dejan zapatos, o en Navidad se cuelgan medias en la chimenea o el árbol, para recibir regalos.