A los 64 años falleció este miércoles, producto de una infección generalizada, el reconocido escritor y editor argentino Luis Chitarroni, nacido en Buenos Aires el 15 de diciembre de 1958, quien deja una huella significativa en el mundo cultural con grandes obras literarias, entre las que se destacan la novela "El Carapálida" y los cuentos de "La noche politeísta" y en la crítica, labor que desempeñó con originalidad y pasión.

A lo largo de su carrera, Chitarroni colaboró en diversos medios de Argentina y el extranjero, consolidándose como un destacado escritor en el país. En la década del ochenta, comenzó a escribir columnas para la revista Babel que fueron posteriormente recopiladas en su libro "Siluetas".

Además de su trabajo como escritor, Chitarroni también se desempeñó como editor en Editorial Sudamericana, donde publicó obras de reconocidos autores argentinos como Fogwill, Ricardo Piglia y Gustavo Ferreyra. Posteriormente, continuó su carrera en la editorial independiente La Bestia Equilátera. Su último trabajo para la editorial fue la escritura del prólogo a "Amor a Roma", que reúne la poesía de su amigo C. E. Feiling, publicada este mes.

En 2021, Chitarroni ingresó a la Academia Argentina de Letras, un logro destacado en su trayectoria literaria.

En cuanto a su obra literaria, dejó un legado diverso y significativo. En el ámbito de la narrativa, se destacan la novela "El carapálida" (1997, reeditada en 2012) y "Peripecias del no. Diario de una novela inconclusa" (2007). En el género de cuentos, publicó "La noche politeísta" en 2019.

"El escritor miente y es cínico, es cierto, pero no debe perder la ilusión. Yo creo que cardíacamente, a pesar de nuestras mentiras, tememos el castigo", dijo en una entrevista en el ciclo "El escritor y su obra".

Además de su trabajo en la narrativa, Chitarroni incursionó en el ensayo con obras como "Siluetas" (1992), "Mil tazas de té" (2008), "Breve historia argentina de la literatura latinoamericana (a partir de Borges)" (2019) y "Pasado mañana" (2020). Asimismo, se destacó por sus antologías, entre las cuales se encuentran "Los escritores de los escritores" (1997), "La muerte de los filósofos en manos de los escritores" (2009) y "La carta perdida" (2022).

Durante una charla con Télam, sostuvo que los autores argentinos estaban agrupados en un sistema métrico desigual: "Argentina tiene esa condición o esa desventaja fatal, contar y elogiar en distintas medidas. Cada escritor, cada caso, obliga a revisar las características, y se da cuenta uno así de que las calidades oscilan y los modos de criticarlas carecen de osciloscopios adecuados".

Chitarroni desempeñó un papel crucial como traductor de escritores poco traducidos y también de pensadores en el campo de la sociología, así como de las novelas de Jane Austen y Stephen King. Sus clases en el Malba sobre literatura del continente gozaron de un gran éxito, y este acontecimiento fue recopilado en el libro "Breve historia argentina de la literatura latinoamericana (a partir de Borges)". Esta obra se sumerge en el mundo de los estilos de escritura en Latinoamérica, los cuales, a pesar de sus diferencias y en favor de ellas, llevan la impronta de Borges desde mediados del siglo XX. Durante años, el apasionado escritor rastreó esta premisa a través de la literatura latinoamericana, lo cual dio lugar a una secuencia de lecturas y reflexiones. "La influencia es a menudo una sorpresa, no una intención", aseguraba Chitarroni.

En la obra "El carapálida", que tanto la crítica como los lectores han convertido en una pieza imprescindible de la literatura argentina, Luis Chitarroni transporta al lector al año 1971, a una escuela pública argentina. En este relato, los alumnos de séptimo grado se han tomado la última foto de la primaria, anticipadamente a pedido del nuevo director, con el objetivo de que "los chicos tengan la memoria por delante, y empiecen a acordarse de sus compañeros antes de perderlos de vista". En este contexto de construcción de la memoria, un trágico accidente se cobra la vida de uno de los alumnos, quien aparece como un fantasma ante sus antiguos compañeros, mientras estos atraviesan los últimos pasos de la infancia rumbo a la juventud. "´El carapálida', quizá sin proponérselo, con ese saber que tienen las ficciones cuando son buenas, muestra una escuela de barrio donde ya han empezado a operar fuerzas que no estaban ni en el programa del siglo XIX, ni en la crítica nacionalista y católica de comienzos del siglo XX", expresó Beatriz Sarlo en relación con esta obra de Chitarroni.

En "La noche politeísta", el legado literario de Chitarroni propone un ciclo de relatos que transforman el acto de lectura en una experiencia insólita. En estos cuentos, el autor adopta una forma cíclica donde el error y el concepto del continuo son elementos esenciales, delineando las circunstancias y las relaciones entre los personajes. Algunos de estos personajes, que han sido previamente presentados en sus novelas, vuelven a manifestarse y reflejarse. Como una pieza de un círculo, esta serie puede ser tanto un auspicioso comienzo como un gratificante final para aquellos valientes que se aventuran en el universo narrativo de Chitarroni.

Además, fue jurado en Casa de las Américas, del prestigioso Premio Konex en la categoría Letras y el premio La Nación-Sudamericana. También se desempeñó como jurado del Premio Municipal en la categoría de ensayo. Dictó conferencias en varios países y ofreció un seminario en Cambridge, donde presentó una exposición sobre la literatura argentina y entabló amistad con George Steiner e Ian McEwan.

Con su partida, la cultura nacional pierde a un talentoso escritor y crítico argentino, cuya obra seguirá siendo apreciada y recordada por su valiosa contribución a la literatura. Y, sin dudas, su legado continuará inspirando a futuras generaciones de escritores y lectores.