En reconocimiento a la trascendencia histórica de María Elena Walsh y de su obra, de la enorme influencia que tiene en distintas generaciones y de su relevancia como poeta y como mujer, el intendente de Morón, Lucas Ghi, señaló que el municipio decidió comprar la casa donde vivió la escritora en Villa Sarmiento para convertirla en “un espacio que pueda visitar toda la comunidad para apropiarse y redescubrir el imaginario creativo y prolífico de una de las artistas más importantes que tenemos en nuestro país".

El jefe comunal recordó que aquel hogar "con frutales, animales y un gallinero" fue donde María Elena Walsh incursionó por primera vez en el mundo de la literatura fantástica: "Esa casa inspiró el universo creativo con el que crecimos varias generaciones", dijo.

Según el intendente, el objetivo del proyecto que encaró el municipio es que el espacio sea visitado por chicos y chicas de los jardines de infantes, de las escuelas primarias y secundarias. "También queremos homenajear a María Elena como referente de las reivindicaciones feministas y en contexto con su momento histórico", sostuvo Ghi, sobre el trabajo que encararon de forma conjunta con el ministerio de Cultura de la Nación, con el ministerio de Cultura de la provincia de Buenos Aires.

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Del Instagram de agencia_telam

La casa donde la escritora y cancionista nació y vivió su infancia, en cuyo fondo aún está el jacarandá que la autora veía "nevar" y al que el viento hacía "cosquillas", abrirá tras ser reformada en 2022 como un espacio donde los niños, niñas y sus familias podrán disfrutar de canciones y juegos.

La propiedad está ubicada en la calle Tres de Febrero 547, en Villa Sarmiento, donde el 1 de febrero de 1930, nació una de las máximas referentes de nuestra cultura, hija de Enrique Roberto Walsh y Lucía Monsalvo. En su libro "Chaucha y Palito" ella la bautizó era "la casa grande".

Esa "casa muy grande", donde María Elena compartió la niñez con su hermana Susana y otros 5 hermanos de parte de su padre, tiene hoy el deterioro propio de una casa que estuvo deshabitada mucho tiempo.

Tiene una planta de ambientes amplios, dormitorios con piso de parquet, paredes gruesas, techos altos, ventanas con postigos de dos hojas y puertas anchas de madera pintada de gris y verde agua y las que dan al patio con puerta mosquitero.

En el patio de lajas está todavía el jacarandá, cuyas flores celestes impresionaron a la autora que le dedicó una canción famosa, donde habla de "ver qué bonito nieva/del jacarandá" y cuenta que "el viento le hace cosquillas/al jacarandá".