Desde comienzos de años, y dos veces por mes, una cofradía de las bandas y artistas locales que pululan por el under y no tan under local se reúnen en Rosario. Son jóvenes, apuestan por la autogestión y por el acervo de la ciudad, y se disponen al desafío lúdico de la improvisación vocal e instrumental entre el rap, el rock, el groove, el funk, el neo-soul y R&B.

En cogestión con Distrito Siete, espacio que facilita la declaración escénica de diferentes artistas emergentes de la ciudad, esta jam autogestiva busca romper con el rol de expectador: que el público también sea artista sobre el escenario. Dar lugar al encuentro, al juego, a la improvisación, poniendo en escena también a artistas nuevos.

Lo postulan como el resurgimiento de un espacio sumamente necesario para músicos rosarinos, si se viaja en el tiempo a las jams del Oui, del Club 1518 o el del Olimpo, espacios de donde han salido increíbles formaciones que hoy continúan incluso en otras provincias. 

Renaciendo de las esquirlas pandémicas y económicas que arrasaron con decenas de espacios culturales, Coti Deldebbio y Sol “Colo” Andino fueron las dos jóvenes músicas y gestoras culturales que cranearon este espacio en expansión. “Sin espacios no hay expresión y nos preguntamos ¿para qué es el arte si no es para compartirlo?”, aseguran. La propuesta contempla otra expresiones artísticas, no sólo lo musical. Así, también abren al abanico a ramas como la danza y la escritura, para “invitar a otros colectivos del arte a que también sientan que esta es su casa. La magia de la colectividad”.

Este jueves a las 21 será el 5to round, con entrada a la gorra de $200 (no excluyente), en Distrito Siete (Ov. Lagos 790). Para el inicio de la noche abrirá con sus alas Ernesto Remedi, bailarín, creador e intérprete con una secuencia coreográfica de su autoría. La banda invitada en esta ocasión es Munda, una banda que se sumerge en un abanico de estilos musicales (folklore, milonga, vals, flamenco, funk, groove, trap y soul), donde Coti Deldebbio será la voz principal y participarán Leandro Casas en batería, percusión y coros, Julián Casas en bajo, y coros, Juan Vincenti en guitarra criolla clásica-flamenca, y Martiniano Valderrey en teclados, sintetizadores y producción. Para el final de la noche, a partir de las 23hs, se abrirá el escenario para darle comienzo a la Alta Jam sin frenar hasta la 1 de la mañana.

Coti y la Colo, craneadoras de la Alta Jam, respondieron algunas preguntas de Rosarioplus.com para conocer un poco el origen y el concepto de esta movida que vino a ocupar ese espacio vacante de la propuesta musical rosarina.

Rosarioplus: - La Alta Jam se realiza dos jueves al mes desde comienzos de este año. ¿Cómo se gestó esta idea que recoge el guante de las usinas de Oui, Olimpo y 1518?

Coti: -La idea nace un día que salimos de escuchar la presentación del disco de Amor Underground en Distrito Siete, en un clima todavía muy post pandémico. Me acuerdo de llegar a mi casa y entre las dos pensar "hermana, cómo se extraña la jam" (la última gestión había durado no más de 3 meses). Esa carencia se podía sentir en el aire, en la gente. Las dos entramos en un estado dubitativo tremendo pero la manija nos ganó, y medio que no dormimos en toda esa noche, buscando sponsors, espacios, contactos y artistas. Como somos músicas, el impulso fue más fuerte. Entendíamos y empatizábamos con factores que nos han tocado de cerca, por lo que quisimos generar un cambio. Realmente queríamos cambiar las cosas a través de esto, del arte. Por eso nuestras estrategias y planes fueron muy pensadas y discutidas: teníamos muy claro que habían ciertas cosas que no se iban a negociar.

Colo: -Sí, es así. Un poco fue tomar la idea que ya se venía haciendo. En su momento fue la Jam del D7, después la Jam del 1518 en D7. Ahora la nombramos “Alta Jam”. Creo que la idea era dar a entender que todes les que quedaron huerfanes de tantos espacios cerrados en el último tiempo eran bienvenides a la jam.

RP: - ¿Cuál es la importancia del formato de jams para los espacios culturales?

Coti: La jam trae consigo un espíritu diferente, libre diría. Habilita algo que tiene mucho que ver con el desarrollo individual del músico pero también con la conexión colectiva. Una vez leí que en ese momento, cuando la improvisación empieza a esculpirse cada vez más uniforme, cuando todes entendemos lo que está pasando, los latidos del corazón también empiezan a imitarse. Es una locura. Una capacidad motriz, como es tocar un instrumento o cantar, genera un estado emocional del cuerpo que a su vez logra coordinarse con el estado emocional del que tengo al lado. Bueno, la jam se abre a esa experiencia. Los espacios culturales cada vez son menos, por lo menos en Rosario, pero paradójicamente somos cada vez más les artistas que necesitamos salir a la escena sin la necesidad de expulsarnos al gran Buenos Aires. La jam permite mostrarnos como artistas en nuestro estado más vulnerable. Nadie planea lo que está a punto de hacer. Hay que confiar más en esta propuesta, expandirla, disfrutarla, ir a verla, vivirla.

Colo: -Es un lugar de encuentro, el arte es para compartir, sino pierde la gracia. Encontrarte con otros y hacer en conjunto es muy distinto de la creación individual. En la pandemia vivimos el desencuentro y creo que nadie pudo seguir como si nada, lo humano es muy necesario. Pasan muchas cosas en lugares así, muchas bandas salieron de las jams, muchas amistades, mucho todo. Personalmente conocí gente divina en las jams y el hecho de que sea gratuito da la chance de ver muchos artistas que quizá si tendría que haber pagado por todos ellos no conocería ni la mitad.

RP: - Se trata de una movida pensada por y para las generaciones más jóvenes de la música local. ¿Cómo vienen observando esa usina prolífica?

Coti: - El talento de la juventud rosarina es indiscutible, pero es cierto que viene siendo cada vez más difícil desarrollarse en la ciudad. La pandemia arrasó con los espacios culturales y con el mismo sector de trabajadores y trabajadoras de la cultura. Cantidad alevosa de artistas jóvenes no salen de lo que es “la produ” entre elles y su computadora e instrumentos dentro de su habitación porque nos vemos casi obligades a caer en la Capital del país para lograr vivir de esto. Con la jam quisimos también darle lugar a nuevas bandas aparte de las que ya vienen hace varios años ocupando un lugar visible en la escena, e incluso a través del país.

Colo: - No fue un enfoque preciso el llamar gente más joven, solo sucedió. Creo también oír nuestras edades que la gente de nuestro entorno se acercó, y me parece hermoso. Hay muchos que recién se adentran en el ámbito musical y son sus primeras experiencias arriba de un escenario o de una jam. Personalmente me ha pasado de sentir cierto elitismo en algunos lugares como para jamear por primera vez y estoy contenta de haber generado un espacio ameno.

RP: - ¿Qué estilos musicales, y qué artistas han pasado ya por la Alta Jam?

Coti: El rap, rock, groove, funk, neo-soul y R&B han sido, entre otros, los estilos sobresalientes en nuestros últimos rounds. Recibimos en el escenario a Mundialmente Famosas, Concha Gorda Crew, Hit My Weed y Amor Underground. En cuanto a aperturas poéticas, han sabido representar el marco Irina Godocik, Astrid, Luxxa Roldan, Juan Milde, Matilda Micol, Lucre Galaxia y Paya. Bailarinas también han coronado el suelo del D7 y ellas fueron Máxima Muñoz y Chiara Pelloni. Para nuestra próxima fecha tendremos a Munda, una banda que se sumerge en un abanico de estilos musicales y estaremos presenciando una secuencia coreográfica de Ernesto Remedi.

RP: -En su propuesta, la idea es “romper con el rol del expectador”, para que también participe en los shows. Es decir entonces que la propuesta anuncia cuáles artistas vendrán, y luego durante la jam se suma gente del público que sienta el deseo de subir a tocar un instrumento y/o a cantar.

Coti: - Claro que esa es la idea de una jam, librar al azar la noche con propuestas predeterminadas y que sea pista de despegue. Lo que sucederá en la jam un poco se predetermina en el momento en el que la gente se anota en la lista. En base a eso nosotras armamos algunos teams indeliberados para romper el hielo en los primeros minutos de zapada. Igualmente a lo largo del ciclo esa lista termina perdiéndose de nuestras manos y es la misma gente la que decide con quién y cuándo subir.