POR EUGENIA ARPESELLA

El fenómeno actual de la comunicación web, Tomás Rebord, se presenta por primera vez en Rosario con un show unipersonal en el que va a “ponderar los principales acontecimientos metafísicos acaecidos en la República Argentina y su impacto espiritual en los individuos o, en su defecto, hablar de lo que sea que le haya pasado ese día”. El encuentro será este viernes 9 de junio, a las 20, en el Teatro La Comedia (Mitre y Ricardone). 

Este porteño de Almagro, peronista, abogado y ex militante universitario de 29 años, alcanzó gran popularidad creando contenido en casi todas las plataformas de streaming. De todos sus contenidos, El Método Rebord en Youtube pica en punta y se posiciona en el ágora nacional: 59 entrevistas a las figuras más importantes de la cultura y la política argentina, entre ellos Alejandro Dolina, Mario Pergolini, pasando por Maratea y Maslaton, Guillermo Moreno, hasta Grobocopatel, Fernando Vaca Narvaja y el mismísimo Presidente Alberto Fernández, entre otros. El Método es un videopodcast, un formato de conversación íntima y extensa (cada encuentro promedia las dos horas), y es un producto de Grupo Criolla integrado por Sugus Leunda, Trinidad Rebord,Tomás Sislian y Agustina Santoro para la productora Corta.

Del Instagram de tomasrebord

Rebord es columnista en radio Vorterix y en El Destape, y conduce su propio programa MAGA (Make Argentina Great Again) en Nacional Rock, en el que vocifera sus “máximas verdades” durante una hora. Transmitido también por su canal de Twitch, con MAGA, (en castellano sería Hagov) Rebord conquistó a una legión de seguidores, los “hagoveros”, un fandom un poco gede, pero sobre todo muy fiel, constituido por usuarios  y usuarias de Twitter de toda calaña y de todas las tendencias políticas. Rebord es, en suma, un predicador, un mago y un comediante que seduce y repele en idéntica proporción a miles de jóvenes y no tan jóvenes de todo el país, en tiempos especialmente difíciles.

Como anticipo del show que dará el próximo viernes en La Comedia, (las entradas se adquieren en la boletería del teatro) Rebord dio una entrevista exclusiva a Rosarioplus.com, y habló sobre esta nueva puesta en escena, en la que, esta vez de cuerpo presente, logra la confluencia de sus dos grandes pasiones, la política y el arte, con el propósito de Hacer a la Argentina Grande Otra Vez.

- ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando 700 personas compran entradas para escucharte decir cosas?

- Existen dos sentimientos casi opuestos que la mayoría de las veces se presentan en simultáneo: una sensación de inevitabilidad, de que me preparé toda la vida para que exactamente sucediera eso y que, por lo tanto, es absolutamente lógico que eso suceda; el otro, bastante menos patológico, es de profunda incredulidad, realmente no tiene ningún sentido. El desempate entre ambos es siempre el mismo, una enorme gratitud y felicidad porque esté pasando lo que sea que está pasando, eso me inspira y motiva en partes iguales a intentar dar de mí algo que corresponda a este presente.

- De los influencers del peronismo sos el que convoca a un público más grande, más amplio, y diverso ¿cómo haces la diferencia?

- Soy mejor.

- Si el refutador de hoy es el hagovero de mañana, ¿cuál es la estrategia para que se multipliquen? 

- La única estrategia, para todos los escenarios, es perseverar en la esencia de lo que se es; y jamás fingir ser algo que uno no es. Hay miles de motivos por los cuales, a priori, lo que hago cae mal, soy realmente insoportable. Ver dos minutos de cualquiera de mis formatos es agotador, no tengo recuerdos de haber generado una primera sensación diferente al rechazo en alguien que me conoce por primera vez. Los motivos son múltiples, cuando no es la pedantería es la voz, cuando no es la voz es mi cara, cuando no es mi cara es leer esta misma nota ¿Quién podría responder esto mismo si no fuese un hijo de puta?

Lo interesante es lo que pasa después. Pasada esa primera instancia de rechazo e incomodidad, la mayoría de las personas encuentran una persona que al no traicionarse jamás traicionaría a otros, que va de frente y que en el mejor de los casos la entretiene aunque sea por un rato. La gente valora a las personas que las hacen felices, que las divierten, que las entretienen, es un tipo de lealtad muy particular, es una complicidad en el humor, como compartir un lenguaje secreto o comprenderse con otro de manera más íntima.

Existe también la curva de aceleración hagovera, personas que entran con tal intensidad al Universo que hemos creado que realmente se empachan, salen expulsadas con la misma velocidad con la que ingresaron y luego construyen una identidad entera para exculparse de lo vergonzante de su propio consumo, un equivalente cultural a la Fe del converso.

En cualquier caso la receta es la misma: tiempo. Todo se equilibra al final, ni lo que hago es tan bueno ni tampoco soy tan detestable. El hagoverismo, como el Tango, espera.

- En un mundo desencantado, ¿cuáles son los principios que rigen al espíritu hagovero?

- Creer en el propósito detrás de todas las cosas. Es una forma épica de encarar la existencia, y sobre todo, de disfrutarla.

La vida es trágica por definición desde el instante en que irrumpe acarreando su propia finitud. Hay esencialmente dos caminos para transitar lo enloquecedor de existir: resignarse a que somos poco más que un accidente, una capa de musgo flotando en el espacio arriba de una roca templada y que en última instancia nada importa demasiado (toda evidencia empírica está del lado de esta interpretación); o la segunda, que justamente, semejante estado de excepción intergaláctica no puede ser una mera casualidad.

Ser una fina capa de musgo flotando sobre una roca templada y que otro humano sea capaz de estar leyendo estas mismas letras y descifrándolas en su cerebro no puede ser otra cosa que un milagro, y un milagro es el punto de partida de algún propósito sagrado.

El motivo de la vida de cada individuo es sencillamente honrar su milagro de orígen (existir) y perseguir su propósito sagrado, su Náucrato.

- ¿Qué le falta a Argentina para ser grande otra vez?

- Creer.

 - ¿Te jode que los periodistas te quieran corregir la forma de entrevistar?

- Me chupa un huevo.

- ¿Qué Método te gustaría hacer más, el de Isabel o el de Firmenich?

- Isabelita.

- Miles de suscriptores, un ejército de espartanos en twitter, estás llenando teatros. ¿Te pinta el egotrip?  ¿Cómo te bajas? ¿Qué cosas "te mantienen humilde”?

- Sin Ego nada de lo que hago sería posible. No hay otra manera de afrontar esos momentos donde parece existir una red social entera puteandote, y sin la íntima convicción de creer que el Mundo está equivocado, considero que esos mecanismos de defensa fueron armados por mi vieja en mi infancia, una especie de manto protector de auto-estima para las jornadas más turbulentas.

Habiendo dicho eso, es tan o más importante saber bajarse de ese recurso defensivo, el Ego debe mantenerse bien colocado, a una distancia prudencial para calentar en los días fríos y mantenerse funcional pero no tan cerca para consumirte y prenderte fuego, es extremadamente fácil marearse.

Dudo mucho que esto pueda hacerse en soledad, estoy tremendamente bien rodeado por gente que amo y me ama. Familia, amigos, socios. No podría hacer nada de lo que hago sin llegar a mi casa y hablar con mi novia, ver juntos una película. A mi me encanta hacer lo que hago, pero disfruto mucho más cuando La Sugus me cocina un tremendo morfi que llenar un Teatro. Se trata de siempre estar lo suficientemente centrado para distinguir lo entretenido de lo importante.

- Al principio dijiste que todo esto te produce “incredulidad”. ¿No te da la sensación de que todo puede ser parte de un sueño? ¿Experimentas extrañamiento o sentimiento de irrealidad?  

- Absolutamente, pero esa extrañeza también es importante, y nos pasa a todos, es el reflejo de recordar que la vida es, también, una gran joda. Es el equilibrio relativizador del propósito, alguien que es puro propósito se convierte en un talibán de sus propias cruzadas, cosa que respeto, pero más temprano que tarde terminan quemados en su propio fuego.

- Tenemos mala prensa y pica con los porteños, ¿qué esperas del público rosarino para el viernes?

- Lealtad.