La salida de Gabriel Heinze, luego del pésimo año de Newell’s, trajo consigo la reestructuración total del fútbol profesional del club. El mánager Pablo Guiñazú y el entrenador de reserva Facundo Quiroga fueron los otros fusibles a cambiar tras una temporada demasiado alejada a lo esperado.

Evidentemente la victoria de Central en la Copa de la Liga 2023 obliga a que la reforma estructural que tuvieron que hacer Ignacio Astore y el resto de la comisión directiva se encuentre con un margen de error muchísimo más bajo, incluso nulo, que el que tenía luego de la salida del Gringo del Parque Independencia.

Cambio de entrenador

Mauricio Larriera está llamado a ser el encargado de resurgir el fútbol de Newell’s. Las formas quedarán, a diferencia de lo que se aspiraba con Heinze, de lado. El uruguayo deberá volver competitivo un equipo aparentemente sin gran cantidad de refuerzos pero apelando al pragmatismo que mostró durante su carrera.

Cambio de mánager

Ariel Michaloutsos tiene la difícil tarea de lograr que su labor no se parezca en lo más mínimo a la de sus antecesores. Exceptuando a Julio Saldaña, los anteriores directores deportivos de Newell’s fueron desastrosos desde Sebastián Peratta, pasando por Lucas Bernardi y terminando en el fugaz paso de Pablo Guiñazú.

Cambio en reserva

Aunque sea difícil creerlo, la división anterior a la Primera tuvo un peor año que los profesionales. Ricardo Lunari, que salió campeón del Torneo de AFA en 5ta, será el encargado de mejorar la imagen de las inferiores rojinegras en el último tramo hacia el primer equipo.

Rearmado del plantel

Este lunes comenzó la era Larriera en Newell's con más dudas que certezas. A las salidas de Cristian Ferreira y Guillermo Ortiz se le sumarán la de Facundo Mansilla que emigró al fútbol boliviano y Pablo Perez que al no ser tenido en cuenta por el entrenador no renovará su contrato y podría seguir su carrera en Unión.

Tres dolores de cabeza

Gustavo Velazquez encendió las alarmas de todo el pueblo rojinegro al hablar de una salida por una deuda pero desde el club aseguran que continuará. Mientras que la situación de Iván Gomez se complicó ante la imposibilidad económica por parte del club del Parque Independencia de comprar su pase y la negativa de Estudiantes a realizar un nuevo préstamo.

Por su parte, Armando Mendez aparece en el radar de River y Estudiantes para la próxima temporada lo que sería una pérdida durísima para el futuro rojinegro y no resultaría en un ingreso de dinero significativo para la institución 

Los pibes a vender

Ignacio Astore ha repetido en varias ocasiones que Newell’s necesita desprenderse de algún juvenil para oxigenar sus arcas. Brian Aguirre, Juan Sforza e Ian Glavinovich son los señalados para salir del club para reforzar las finanzas leprosas. 

Las dudas

Varios jugadores tienen un futuro incierto ya sea porque requieren de la evaluación del nuevo cuerpo técnico o por una incomodidad propia en la ciudad. Jorge Recalde y Guillermo May parecen no estar del todo contentos por su transitar en Rosario y no verían con malos ojos emigrar en búsqueda de otro destino. 

Los que vengan

“Los refuerzos están en el plantel”, es una frase típica cuando no hay intención de incorporar jugadores apelando a que los pibes u otros jugadores que hasta el momento no dieron la talla dentro de la institución, puedan ser respuestas a los problemas deportivos.. Está claro que Newell’s necesitará que las inferiores nutran en el corto plazo al plantel superior y para eso necesitarán que chicos como Marcos Portillo, Lisandro Montenegro y Guillermo Balzi se afiancen para ser un respaldo futbolístico y económico para el club.

Asimismo, es indispensable que Larriera cuente con jugadores que eleven la pobre jerarquía mostrada en 2023. Si bien dependerá de las ventas, es imperiosa la necesidad de jugadores que puedan torcer el andar de un club que contaba con altas aspiraciones previo a la llegada de Heinze.

Un salto de calidad

El gran 2022, precedido por un Newell’s codeándose más de la cuenta con los últimos lugares de la tabla, no hacía prever la situación futbolística actual pero la comisión directiva tiene la obligación de dejar la mediocridad de lado y maximizar esfuerzo para poner donde debe estar.

El título de Central, increíblemente, puede ser un punto de partida para que la obligación de responder al éxito del clásico rival sea el envión definitivo para que la Lepra vuelva a luchar por cosas más acordes a su historia.