El ciclo de Frank Kudelka volvió a quemar arte del poco crédito que le queda. El partido frente a Independiente era una parada clave para demostrar que el equipo puede responder con fútbol o, aunque sea, una victoria. Ninguna sucedió.  

El primer tiempo fue de fin de ciclo y, ya con el 2 a 0 en contra, los últimos minutos del partido cuando la Lepra levantó y pudo descontar, fue más una respuesta al honor que la verdadera cara rojinegra. No hay ensamble, no hay constancia, no hay identidad.

Cuando arrancó su ciclo en Newell's, ilusionó a los hinchas porque su primera campaña fue buena. El descenso quedó atrás rápidamente y hasta clasificó a la Sudamericana. Pero Kudelka debe lamentarse por la pandemia todos los días: el parate demolió su suerte. Ganó poco y nada desde el retorno al fútbol allá por septiembre, sólo una seguidilla de la Copa Maradona que le dio chances de clasificar al grupo final, pero cuando tuvo que ganar de local contra Talleres empató. 

El nuevo torneo fue peor. Aún no logró ganar en las tres fechas que van y ya no hay demasiadas excusas. El propio Kudelka planteó la Necesidad de un Sentarse charlar para dar seguramente sus fundamentos y los imprevistos Que señala Como parte de sus argumentos: lesiones, jugadores que no Llegan en forma, muchos jóvenes, etc.  La dirigencia se reúne este sábado para definir el futuro del DT. ¿Insistir o cambiar ? 

Eso lo evaluará el oficialismo que también piensa en las elecciones que en abril se desarrollarán. Puede continuar la sangría en los tres o cuatro partidos que restan hasta las elecciones y ser peor, o a lo sumo levantar. Pero en caso de cambie de DT se le presenta otro nuevo escenario: a quién contratar. ¿Hay alguien en el mercado con los pergaminos que gane la conformidad leprosa? Difícil. Y si lo hay, ¿el oficialismo puede contratarlo y salir por arriba del laberinto a pocos días de las elecciones?