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Frank Kudelka se puede colgar una medalla y recordar que respaldó de entrada a Pablo Pérez. Había dicho que el volante no necesitaría ningún tipo de adaptación y que le resolvería algunos problemas en el equipo. Y así fue en el debut de Pérez el pasado fin de semana contra Lanús.

Pérez aportó movimientos concretos: pisó el área en el gol de Newell’s, le dio dinámica, cubrió huecos cuando los laterales pasaron y ayudó a Julián Fernández en la marca en la mitad de cancha. Además, le suma el porte de un jugador experimentado y conocedor del campo de juego.

Según las estadísticas, Pérez fue el jugador de Newell’s que más veces tocó la pelota y más pases dio con una precisión del 85%. También le aportó voz de mando, algo que no falta en Newell’s pero nunca viene mal.

Pérez se vinculó bien, tanto con Maxi Rodríguez como con el pibe Aníbal Moreno. La transición de la pelota será su mayor desafío en la cancha. El otro, ser el eje del equipo. Por ahora cumplió en su primer partido.