La historia de la Premier League más apretada de la historia quedará por siempre ligada a Sergio Agüero, el hombre que recibió un pase de Mario Balotelli en el minuto 93:20 y desató el delirio de la afición del Manchester City. Un final propio de Alfred Hitchcock que mimetizó la figura del argentino con la de un City que es lo que es hoy en día gracias a la llegada de aquel chico de Buenos Aires.

Agüero ondeó su camiseta, volteándola en su brazo, mientras los jugadores del Manchester United hundían la cabeza, pegados al transistor, recibiendo la noticia desde el campo del Sunderland, donde habían ganado 0-1 y esperaban el milagro del Queen's Park Rangers en Mánchester.

Alex Ferguson y los suyos tuvieron que escuchar el gol de Edin Dzeko de cabeza y el éxtasis del 93:20. No se lo podían creer. El "Agüeroooooo" narrado por Martin Tyler en Sky Sports se convertía en historia del fútbol inglés, en reflejo de lo que fue una liga separada por tan solo ocho goles de diferencia.

El Día que el KUN AGÜERO de ÚLTIMO MINUTO GANÓ la PREMIER LEAGUE para el CITY

El 'Kun', al que se había acusado de ir al City como puente para recalar en lo que por entonces se consideraba un "grande de verdad", se transformaba en el ídolo de una afición y en la pieza angular de un proyecto en el que permanecería diez años.

Un decenio para ser el mejor jugador de la historia reciente del club, el máximo goleador, superando a Eric Brooks, que había ostentado la marca durante 78 años, y para ganarse una estatua en las inmediaciones del Etihad Stadium, junto a Vincent Kompany, el capitán, y David Silva, el mago.

Los 40 millones que pagó el City por él en 2011 al Atlético de Madrid parecieron pocos con el paso de las temporadas y la lluvia de títulos. Cuatro Premier League, una FA Cup y seis Copas de la Liga fue el botín de Agüero antes de irse al Barcelona. Siempre le quedará la espina clavada de la Champions League. No quiso irse sin ganarla, incluso dijo, hace años, que no se marcharía hasta levantar la 'Orejona', el gran ansia del proyecto, pero una mala noche en Oporto le alejó de ese sueño.

En su botín estuvo la oportunidad de forzar la prórroga. Un disparo con la zurda rozando el larguero de Edouard Mendy. Una repetición de lo ocurrido aquel 13 de mayo de 2012, pero esta vez con final amargo.

Pep Guardiola, el técnico que más tiempo le ha dirigido y que estuvo presente en su despedida, le dijo adiós en el césped del Etihad entre lágrimas al conquistar la última Premier. "Le queremos mucho. Ha sido una persona muy especial para todos nosotros. No podemos reemplazarle".

Obligado a retirarse por una arritmia cardíaca, la estatua que rendirá homenaje a Agüero gana más significado que nunca.

El Kun fue el mito que necesitaba un club que prácticamente acababa de nacer como un 'grande'. Fue el compromiso de arraigo en un equipo cuyo máximo atractivo era el dinero. Fue la estrella que abrió las puertas al resto y que demostró que se podía lograr la gloria vestido de 'Sky Blue'. Se va el mejor jugador de la historia del Manchester City y el más grande. Se va el hombre del minuto 93:20. (EFE)