Durante los días de descanso que se tomó el número uno del mundo, Novak Djokovic, tras su derrota en el US Open, viajó a Serbia y recorrió la región montañosa de Kopaonik, lugar en el que comenzó a jugar al tenis.

La infancia de Nole transcurrió en medio de la guerra durante el conflicto de los Balcanes y ante la imposibilidad de jugar al tenis en una cancha real, lo hacía en una pileta vacía. Las prácticas terminaban cuando empezaban los bombardeos. 

Esta semana, Djokovic, regreso junto a su mujer Jelena y sus hermanos Marko y Djordje al club donde se formó tenísticamente de pequeño en Kopaonik para recorrer sus instalaciones, y expresó sus sensaciones en un video en Facebook después de pasar por el frontón en el que había pasado muchas horas peloteando y que aún conserva las marcas de la guerra. 

"Este es el mejor frontón del mundo, mi preferido, y se encuentra en el club donde mis dos hermanos y yo pasábamos mucho tiempo. Esta pared sobrevivió a los bombardeos y los agujeros que tiene son consecuencias de las balas. Aquí di mis primeros pasos en el tenis, el club es muy especial, por lo que significa para mí, porque es impresionante y muy lindo”, contó Nole y agregó, antes de ponerse a pelotear contra el muro, que "durante mucho tiempo no se podía venir hasta aquí por el peligro de las bombas de racimo, pero ya la zona fue limpiada y las visitas se pueden realizar con tranquilidad. El mejor compañero que se puede encontrar para entrenar es una pared, nunca falla”.