Vecinos que viven en las poblaciones a la vera de las ruta 18, corredor que comienza en Puente Gallego y conecta Alvear, Piñero, Villa Amelia, Álvarez y Acebal, entre otras localidades, denunciaron públicamente a la empresa de trasporte de pasajeros Interbus por el deficiente servicio que presta. Se trata de la única prestadora en esta zona del departamento Rosario y que mantiene un monopolio que tiene atrapados a los usuarios ante la falta de otras opciones.

Los pasajeros aseguran que viajan en unidades derruidas y con escasas frecuencias, situación que complica la vida de esta zona del sur santafesino, donde muchos rosarinos eligieron vivir ante la oferta de loteos que conformaron nuevos barrios en la última década. La empresa de colectivos es la única conexión que tienen con otras poblaciones del corredor y la ciudad de Rosario, destino que dependen para hacer sus compras, recibir atención médica, ir a trabajar o estudiar.

El reclamo de los pobladores es de larga data con reclamos que comenzaron hace una década. Durante la pandemia el servicio se resintió aún más con la quita de unidades y superada la crisis sanitaria no fue repuesta. Los esquemas de quitas se agudizaron en estas últimas vacaciones de invierno por la baja de demanda ante la falta de escolares, escenario ya conocido por los vecinos porque la empresa toma la misma decisión en temporada estival.

Malvina Foletto

Malvina Folleto es habitante del barrio Los Pinos en Piñero y vive allí desde hace doce años, cuando decidió dejar el centro rosarino buscando tranquilidad para criar a sus hijos. Según contó a Rosarioplus.com el problema con Interbus se repite desde que ella reside en este barrio de grandes arboledas. “Los horarios de frecuencias están muy distanciados entre sí. Otra cosa es que los choferes suelen pasar de largo y dejar a la gente a pie y no sabemos por qué pasa eso. Además que a discreción ponen y sacan horarios”, lamentó la usuaria que además marcó la falta de opciones que los tiene atados a Interbus de quienes “no reciben ninguna respuesta” y con un boleto desde Los Pinos a Rosario que hoy vale 190 pesos, valor que consideró “muy oneroso”.

Malvina afronta en carne propia el problema de ausencia de servicio con uno de sus hijos, que concurre a la escuela secundaria Nº 449 Pago de los Arroyos de Acebal. El servicio de colectivos que presta Interbus no tiene una parada cercana a establecimiento educativo por lo cual los alumnos deben caminar en plena oscuridad más de 10 cuadras para llegar a su destino y, en el turno tarde, retirarse antes para no perder el último servicio. Por lo  cual, ante la falta de respuestas, este lunes los padres de los alumnos entregaron un petitorio a Interbus, solicitando una parada más cercana. El documento contó con el compromiso de los presidentes comunales de Acebal, Villa Amelia, Álvarez, Piñero y Alvear.

Malvina Foletto

Víctor, otro vecino de la zona del paraje El Caramelo, dijo a este portal que además del pésimo servicio, faltan garitas cómodas donde esperar el micro. La  primera está ubicada en Batlle Ordoñez y Ovidio Lagos en Rosario, después ya sobre la traza de la Ruta 18, aparece una en el kilómetro 6 y después en el 10.5, 12.5 y 13.5 hasta llegar al peaje. “Ante la falta de garitas nos dejan en la banquina de la ruta, situación que es muy peligrosa y que empeora en los días de lluvia”, lamentó.  También expresó que suelen esperar hasta una hora y media para que pase el colectivo. El vecino hizo hincapié en el tema de los escasos servicios de salud y por tal motivo la dependencia con Rosario a la hora de visitar un especialista, entendiendo que no todos tienen auto y necesitan de este servicio para ir a los efectores a recibir atención médica.

“Nosotros padecemos a Interbus desde hace años, ya que con la llegada de mucha gente que vino a vivir en el último tiempo la población creció mucho y el servicio es igual o peor que hace diez años. Hay horarios en donde se viaja apretados y mal, parados desde Rosario cubriendo distancias de más de 30 kilómetros lo cual no es bueno, pero tampoco los choferes nos pueden dejar a pie porque si perdernos ese servicio estamos condenados, en algunas oportunidades, a quedarnos en Rosario o depender de algún vecino que esté por ahí nos traiga”, abundó Víctor.

“Es el único medio con el que contamos. Hubo en algún momento un pedido a Rosario Bus para que se sume. Eso fue antes de la pandemia y quedó en la nada. Lo que si pasó es que Interbus, al enterarse que estábamos negociando con otra empresa, mejoró el servicio un par de meses, después vino la pandemia y sabemos lo que pasó”, insistió el vecino.

Por otro lado, está la falta de alternativas de pago: el servicio no utiliza tarjeta SUBE y cuenta con una propia que solo puede cargarse en pocos puntos. En Rosario casi no tiene lugares de recarga, el pago mayormente se hace en efectivo y con cambio justo. Asimismo, el último servicio que sale desde Rosario los días de semana es a las 21 que impide utilizarlo a quienes estudian en terciarios y universidades que suelen salir de sus clases cerca de las 22.