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La asociación civil Taller Ecologista dio a conocer su rechazo a la aprobación por parte del Concejo Municipal de las obras que se realizarán en el microcentro rosarino para un complejo de tres torres, cocheras y paseo comercial, porque los ediles “desconocieron una vez más los cuestionamientos de organizaciones y vecinos”, y que hayan desoído su propuesta para reformular el proyecto.

En el comunicado destacaron: “La coalición oficialista, junto con otras fuerzas, optó por legislar en contra del conjunto de la población, acentuando el perfil de una ciudad para pocos, donde mandan las especulaciones inmobiliarias y financieras por encima de los derechos”. Destacaron que el proyecto para construir el complejo en Corrientes y Córdoba fue aprobado en el Concejo el pasado jueves “con los votos del PRO, del Socialismo, del intendente electo Pablo Javkin, de su aliada María Eugenia Schmuck y de Osvaldo Miatello”.

Las megatorres Lattuca, que se harán en la "Manzana 125", ocuparán 40.800 metros cuadrados en tres torres de 70, 66 y 36 metros. “Dos de las torres triplican la altura permitida por la normativa en el centro, y la superficie total casi duplica lo que se podría edificar”.

De esta manera, Taller Ecologista destacó que “el Concejo otorga alturas y superficies excepcionales beneficiando a una empresa que no se caracteriza por construir para cualquier ciudadano: sus desarrollos son direccionados para satisfacer los requerimientos de la demanda en el segmento ABC1, es decir del 5 por ciento de la población, según puede verse en su página web”.

“Lamentamos el doble juego del oficialismo donde en teoría valora la participación ciudadana pero que en la práctica, cuando hay temas importantes en juego, la desconoce sistemáticamente, favoreciendo a los sectores más poderosos”, lanzaron los miembros del Taller Ecologista.

Pasaron nueve meses desde que las organizaciones dieron a conocer públicamente sobre los impactos del proyecto y “la falta de participación e información pública” que dieran los privados y los ediles sobre el mismo. De esta forma reclamaron que “se legisle a favor de los intereses de la ciudad y no de ganancias extraordinarias para un grupo económico concentrado”, a la vez que se habiliten mecanismos para que la ciudadanía -la más afectada por obras de semejante magnitud- cuente con información sobre temas que afectarán directamente en su calidad de vida”.

El vaticinio de una serie de problemas urbanísticos

Según precisaron los miembros de esta asociación, los vecinos de la zona microcéntrica y los transeúntes padecerán a partir del comienzo de estas obras, una serie de problemas, que enumeraron: “Un microcentro más colapsado, mayor circulación de automóviles, con tendencia a empeorar la calidad del aire y los niveles de ruido (que ya se encuentran en valores preocupantes para la salud); una mayor acumulación de calor por las grandes masas de cemento y hormigón, empeorando el fenómeno de isla de calor; vecinos de las manzanas aledañas que perderán luz solar, en particular aquellos sobre calle Rioja. Servicios posiblemente sobrecargados, más caos, ruido y polvillo durante la construcción de la obra, que conllevará seis años según dice la empresa, pero que podrían extenderse a más de diez”.

Aprovecharon para recordar que los vecinos acercaron al Concejo su contrapropuesta en marzo pasado para reducir las alturas y metros cuadrados a edificar, aunque “no fueron tenidos en cuenta a la hora de seguir apoyando a un proyecto que redundará en perder calidad de vida. Ningún vecino fue convocado siquiera a explicar la contrapropuesta”.