La picota en la ciudad de Rosario parece no tener límites ni respetar la historia, en este caso el billete le ganó al acervo colectivo de toda una ciudad. Se trata de la esquina de Mitre y Pasaje Simeoni, frente a la "plaza del Che", que se suma a la ola descarnada de cemento en altura. En corto tiempo la esquina céntrica se verá colmada por una nueva mole de departamentos tras la demolición de parte de dos emblemáticas edificaciones, donde hoy funciona un bar cultural y un negocio gastronómico.

Una de las víctimas es la “Parrillita de Don Alberto”, negocio familiar que funciona como tal desde 1960 pero se instaló en el predio en 1937. Tras esta decisión drástica por parte de los dueños de la propiedad deberá reducir parte de su superficie cediendo al negocio inmobiliario su patio, embellecido por un frondoso parral, donde varias generaciones de rosarinos compartieron alegrías y tristezas a la luz de la luna veraniega.  

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Por su parte, y sin piedad, el bar ubicado en la esquina donde funcionó el bar cultural Jekyll and Hyde, será demolido por completo, en un año donde los bares culturales no pudieron superar la crisis que los llevó al quebranto. El emblemático espacio supo albergar a gran parte de la cultura emergente de la ciudad, entre ellos el poeta y periodista Fabricio Simeoni, por lo cual el pasaje que lo circunda, en su homenaje, fue bautizado con su nombre

En pocos días la fisonomía de la calle empedrada comenzó a lucir menos coqueta. Quitaron los carteles y la foto del poeta Simeoni, en una esquina que como particularidad “no tiene ochava”. Esta situación se da en el momento donde el Ejecutivo municipal busca revitalizar la zona céntrica tras loe embates de la pandemia y el corrimiento de este tipo de comercios a zonas como Pichincha.  

Ivana Simeoni, hermana del recordado escritor rosarino que bautiza la histórica cortada, dijo a Rosarioplus.com que “el negocio inmobiliario le va a ganar siempre a la cultura”. Para la también poeta, decir que Rosario “es una ciudad cultural” contradice cuando “están haciendo desaparecer algo representativo”, como dicho bar, donde Fabricio pasó miles de noches al calor de la lectura en sus ciclos de poesía, llamados Ciclotimia.  

“Esto no sólo está pasando con Jekyll, también pasó con Luna que me lo arrasaron” sentenció y dijo que esta nueva perdida desconfigura a la ciudad ya que estos  son espacios donde se generaba la inclusión con gente de todas las edades, de varias generaciones.   

“En esa esquina está la calle de mi hermano, donde los martes él hacía un ciclo. Me genera mucha tristeza este tipo de cosas ya no tengo un lugar que en identifique. Esto tiene que ver con que no hay tanto peso para cuidar a los artistas, yo desconfió mucho de esto de la ciudad cultural”, lanzó.

Ivana se enteró de esta situación por medio del músico César "Coki" Debernardi, quien también compartió tertulias con su hermano Fabricio. Según contó, el músico se llegó a lugar e intentó hablar con alguna persona responsable, su pedido fue que se conserve el cartel con el nombre del poeta Fabricio Simeoni y que si se tomaba una decisión en la demolición que le avisaran para que ese objeto no se pierda y después “pasarla a la familia”.

“Yo no tengo peso por la calle porque a mí me viene alguien del negocio inmobiliario y no puedo decirles que van a borrar la historia de mi hermano, pero es lamentable, además que estén borrando todo, más allá de mi hermano. Yo no creo que cambien el nombre de la calle, pero la calle surgió justamente por el sentido que tuvo para él”, remarcó.