Onlyfans: capitalizar la sensualidad para escaparle a la crisis
Eliana y Carolina son rosarinas, tienen 29 años y encontraron en la venta de contenido erótico la posibilidad juntar unos pesos todos los meses. Los prejuicios propios y ajenos. Las deudas del Estado frente a las plataformas y aplicaciones internacionales.
Eliana se levanta todos los días a las seis. Mientras prepara el desayuno para la familia, empieza a trabajar: abre Only Fans y publicita su contenido. Los clientes llegan de a poco. Le piden material, ella explica que tiene un horario para enviar videos o hacer videollamadas. Si aceptan, les pide la mitad del pago. El resto se abona cuando manda el video o hace la videollamada a la hora pactada. “Siempre busco horarios en los que estoy sola. Me encierro en la habitación y empieza el show”, cuenta a Rosarioplus.com.
Eliana vive en Rosario con su mamá y su hijo. Tiene 29 años y la plata que gana en la plataforma le sirve para pagar las cuentas de su casa, comprarle al nene lo que necesita, darse un par de gustos y comer todos los días. “Soy mamá tiempo completo y además estudio marketing y publicidad”, dice. La mujer es una de las cientos de miles de personas en todo el mundo que forma parte de Only Fans: una plataforma y aplicación en línea donde se compra y vende contenido de todo tipo, en su mayoría “para adultos”.
“No es algo que no me deje dormir”
Carolina también es rosarina. Tiene 29 años y un bebé de uno que cría sola. “Todo muy cuesta abajo”, describe. “La maternidad solitaria es bastante cruel y no me quedó otra opción”. Carolina genera contenido para Only Fans y otras plataformas desde hace seis meses. Lo pensó, analizó e investigó. “Nunca fui vergonzosa, para nada. Siempre subo contenido medio sensual en mis redes. Entonces se me ocurrió intentarlo. Puedo estar con mi bebé todo el tiempo. Cuando él duerme o lo llevo a la casa de mi mamá, genero contenido y gano dinero”, cuenta. No tiene otro trabajo.
El primer cliente que tuvo le pidió que lo humillara. Ella no entendía exactamente qué quería cuando le decía que lo insulte. “Era todo muy bizarro para mí”, recuerda. Las chicas que trabajan en plataformas de este tipo se encuentran en grupos de Telegram y se hacen el aguante: se ayudan a publicitarse, se comparten tips y juntas resuelven situaciones como ésta. “Ellas me contaron cómo se manejaban y le terminé diciendo cosas espantosas, muy feas. Hasta el día de hoy, este tipo es mi cliente. Me llama pura y exclusivamente para eso, para que yo lo insulte. Mis amigas me dicen que es el trabajo soñado. ¡Quién pudiera! Trabajar puteando hombres, un sueño”, dice, riéndose.
Carolina no pondera su trabajo. Es, simplemente, lo que le permite criar a su bebé de la mejor manera, estar con él, pagar las cuentas, comprar lo necesario y lo que quiera. “No sé si me gusta hacerlo, pero seguro que no me molesta. No me da vergüenza ni es algo que no me deje dormir. Es un trabajo”.
Las mujeres facturan
Carolina y Eliana coinciden en que en OnlyFans hay gente que busca de todo, pero en el 90 por ciento de los casos se trata de contenido sexual “bastante explícito”. La aplicación permite cobrar en dólares - se queda con una comisión del 20 por ciento - y también bloquear países. Así, las chicas pueden decidir que nadie de o desde Argentina vea lo que comparten.
Las dos creadoras de contenido coinciden en otro punto: para ganar plata se necesitan muchas horas de trabajo conectadas a la red social. Más tiempo, más seguidores, más dinero. Y destacan la rigurosidad a la hora de verificar las cuentas, lo que significa “que tiene bastante seguridad”.
De más está decir: Onlyfans no es la única plataforma de este tipo, pero sí una de las más populares. Trascendió después de que modelos y actrices argentinas y de todo el mundo confesaran haberse sumado. Pero detrás de ella también están las comunes, las mamás, las desocupadas, las precarizadas, las que encuentran en la plataforma una salida a la crisis económica.
Eliana y Carolina son dos casos pero las estadísticas acompañan. Ser mujer, ser mamá y no contar con el acompañamiento del progenitor son condiciones que restan a la hora de conseguir trabajo, formal o informal. Según el informe El Costo de cuidar: las brechas de género en la economía argentina (1er trimestre de 2022), las mujeres tienen mayores índices de informalidad que los varones (4,2 puntos porcentuales más) y solo consiguen trabajo en las ramas más precarizadas.
Estas inequidades, señala el informe, se sostienen sobre una distribución del trabajo doméstico y de cuidado estructuralmente desigual: las mujeres le dedican 6,5 horas al trabajo no remunerado, mientras que los varones le dedican 3,7 horas. A la inversa, los varones trabajan de forma remunerada más horas que las mujeres. Por semana, ellos dedican 40,8 horas al trabajo pago, mientras que ellas le dedican 32,5 horas.
La brecha de ingreso total individual entre varones y mujeres al primer trimestre de 2022 fue 28,3%. Esto significa que, en promedio, las mujeres tienen que trabajar casi 9 días más por mes para recibir la misma plata que los varones. La brecha en el ingreso de la ocupación principal alcanzó el 27,8%, mientras que la brecha entre madres y padres fue del 34,5%. A estas desigualdades se suma una penalización por maternidad, que se refleja en la diferencia salarial entre madres y padres, contemplando el nivel educativo y la experiencia laboral: las madres perciben un ingreso por hora 33,7% menor que los padres.
Si las dificultades para conseguir trabajo, contratar niñera o jardín, afrontar las cuentas y pagar la comida ya son muchas, qué queda a las mujeres que están solas y no pueden entrar en el mercado laboral. Las plataformas como Only Fans, pero también las aplicaciones como Pedidos Ya, Glovo o Uber, aparecen para facilitar lo que el Estado adeuda: el acceso al salario y a derechos laborales.
“No es tan grave como se piensa”
La primera vez que Carolina cobró por lo trabajado como creadora de contenido tuvo una sensación: satisfacción. “Después de pasarla bastante mal tenía por fin algo de plata en la cuenta”, explica y de fondo se escucha a su bebé balbuceando sus primeras palabras.
Las amigas y familiares de Carolina saben de qué trabaja. Al principio lo ocultó, después decidió blanquear la situación antes de que aparecieran las preguntas incómodas. “Como yo no trabajo, iba a surgir la pregunta de cómo compro las cosas de mi hijo y demás. Entonces lo conté: yo hago esto y esto es lo que le está dando de comer a mi hijo, si les gusta buenísimo y si no les gusta ya está, a esta altura de mi vida no voy a dar más explicaciones”, explica.
Los comentarios sobre “lo que hace” son constantes. Dedicarse a hacer plata con el cuerpo - sexualidad y sensualidad mediante - sigue siendo objeto de opinión para cualquiera. “Está mucho más abierto el tema porque son muchas las chicas que se dedican a esto y ya no es tan tabú pero sigue existiendo el prejuicio. La realidad es que me encontré en una situación donde yo necesitaba generar dinero, lo empecé a hacer y me di cuenta de que no es tan grave como todo el mundo cree. Las personas ven constantemente un montón de situaciones violentas en las redes sociales, en la televisión, en todos lados, y no se escandalizan tanto como con un cuerpo desnudo, la verdad. La sexualidad es parte de la vida y a mí hoy me sirve de manera positiva”.
A Eliana le han dicho que cómo va a tener Only fans si es gordita y tiene un hijo. “Los prejuicios dentro de la plataforma no existen. Afuera sí”, dice. A ella no le importan los comentarios, disfruta lo que hace. Lo que más le gusta y mejor le sale son las videollamadas. “La plata que gano con esto sirve para pagar las cuentas de casa, para comprarle a mi hijo lo que necesita, darle gustos, las comidas diarias”. La familia y las amigas de Eliana saben de dónde sale esa plata. Gana hasta 3 mil dólares mensuales. “Mi familia no está de acuerdo porque se trata de exponer mi cuerpo. Pero entendieron que soy mayor y no corro riesgos”.
Eliana comenzó a ganar dinero con Onlyfans durante la pandemia. Estaba sin trabajo, con su hijo y le apareció una publicidad en Instagram de un curso para sacarle buen provecho. Se informó, se instruyó y se arriesgó. “La primera semana fue frustrante, dura, porque era difícil envolver al cliente para obtener una venta. Yo no tenía experiencia en venta de contenido. Pero una va aprendiendo”, recuerda.
Cree que es fundamental aprender a usar estas herramientas. Ella hizo un curso para lanzarse y ahora los da. Tiene una carpeta con ítems, videos, textos, imágenes sobre la plataforma y cómo facturar. Ya le dio el curso a más de 200 chicas y chicos de todo Sudamérica e invita a las personas interesadas a contactarse con ella. “Me gustaría que las chicas que quieren instruirse en este mundo de Onlyfans me contacten y no sean estafadas”, invita. Su cuenta de instagram es instagram.com/onlyfans_cursos21/
Ni Carolina ni Eliana tienen planeado dejar la plataforma. Tampoco están buscando otro trabajo. “Si surge, depende de la remuneración, de si vale la pena dejar a mi hijo por el sueldo. Lo haría pero sin dudas continuará con Only como algo complementario, porque el dinero es de mucha ayuda”, dice Carolina. “Estoy contenta. Y si le pudiera dedicar más tiempo, creo que me iría mucho mejor”. Eliana coincide. “Nunca hay que dejar pasar oportunidades ,más que nada porque los trabajos físicos sirven para una experiencia en nuestra hoja de vida, pero jamás dejaría Onlyfans. Podría tranquilamente con dos trabajos y un hijo, pero por el momento me sirve solo dedicarme a la plataforma”.