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Los equipos de rescate localizaron en la madrugada del sábado sin vida al niño de 2 años que cayó a un profundo pozo de más de 100 metros el pasado 13 de enero en Totalán (Málaga), sur de España. Tras la localización del cuerpo, se ha activado la comisión judicial para investigar lo sucedido.

El cuerpo del pequeño Julen Roselló, estaba atrapado en un túnel de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad perforado para realizar sondeos de agua, y al ser encontrado se detectó que estaba cubierto de tierra a unos 70 metros de profundidad.

El cuerpo del niño fue hallado después de casi trece días de intensa búsqueda, en los que un equipo de 300 personas han llevado a cabo contrarreloj una colosal obra de ingeniería civil inédita en España de excavación horizontal.

Minutos antes de hacerse pública oficialmente la noticia, en la vivienda donde estaban acogidos desde hace varios días los padres del niño se han vivido momentos de tensión y se han escuchado gritos de "¡otra vez no!, ¡otra vez no!", posiblemente en referencia al otro hijo, de 3 años, hermano mayor de Julen, que la pareja perdió hace pocos años.

En rueda de prensa, el subdelegado del Gobierno en la región española de Andalucía (sur), Alfonso Rodríguez Gómez, explicó que el pequeño se precipitó al pozo de forma "rápida y libre".

Julen pasó más de 12 días en un frío agujero de 25 centímetros en medio del campo, a más de 70 metros de profundidad, mientras más de 300 personas se afanaban fuera en horadar la roca y la tierra que lo mantenían atrapado. En algunos tramos la roca es cuarcita, una de las mas duras, con una resistencia de 7, en una escala de 10, por lo que tuvieron que hace microvoladuras, algo que atrasaba el operativo.

La operación para rescatarle se consideraba la más compleja que se ha acometido en España, ya que decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras han removido cerca de 83.000 metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegase hasta el pequeño. EFE