¿Se termina la pirotecnia en la provincia de Santa Fe? Al menos esa es la intención de un ambicioso proyecto presentado en la Cámara de Diputados por el presidente de la misma, Antonio Bonfatti. El ex gobernador apunta a ponerle a un freno definitivo a la fabricación, comercialización, tenencia, acopio, depósito, venta al público (mayorista o minorista) y uso particular de todo elemento de pirotecnia, artificio o cohetería.

No más fuegos artificiales, cohetes, rompe portones, petardos, bombas de estruendo, cañitas voladoras, triángulos buscapiés, triquitraques, luces de bengalas, garbanzos ni estrellitas. La iniciativa es clara y plantea prohibir todos los elementos en los que “se utilice cualquier compuesto químico o mezcla mecánica que contenga unidades oxidantes y combustibles”.

Entre los argumentos para conseguir el fin de la pirotecnia, Bonfatti y sus pares de bancada enumeran una serie de cuestiones vinculadas con la salud. Afirman que la cohetería puede provocar “daños constatados en la salud física y psíquica de las personas y en los animales”, ocasionando consecuencias, en muchos casos, irreversibles.

Además, las personas que padecen autismo, síndrome de Down, discapacitados, niños y ancianos son particularmente sensibles al impacto producido por la pirotecnia.

“La misma origina accidentes y, a resultas de ello, lesiones de diversa índole, en múltiples oportunidades severas o graves, tanto a quienes la manipulan como a terceros no involucrados directamente, y afecta, por otro lado, el patrimonio urbano”, recalca también el proyecto de la bancada oficialista.

En ese sentido, Bonfatti menciona a manera de ejemplos ilustrativos, el incendio del Museo de Ciencias Naturales en 2003 y parte de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, la tragedia de la República de Cromañón en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2004 y pérdidas fatales ocasionadas en otros recitales y en estadios de fútbol.

Mejor para los animales 

Entre los argumentos para conseguir la prohibición, en el proyecto de Ley se mencionan una serie de cuestiones vinculadas con el medio ambiente. La pirotecnia, afirma, produce contaminación sonora y visual en los sujetos que están expuestos directa o indirectamente a sus efectos. Asimismo, “el agua, el aire y la tierra son afectados en igual sentido”. 

Los animales especialmente, y la flora urbana, son también perjudicados por bombas y fuegos artificiales, pudiendo provocar en ellos “traumatismos severos, mutilaciones, cegueras y daños irreparables a su salud”, recalca la iniciativa.

Espectáculos masivos

La iniciativa aclara que quienes pretendan utilizar cohetería o fuegos de artificio en espectáculos de concurrencia masiva, como eventos deportivos o shows a cielo abierto, deberán contar con la correspondiente autorización previa.

El permiso será temporario  y deberán detallarse “los días de espectáculo, el lugar de emplazamiento solicitado, las condiciones de seguridad y los sujetos especializados habilitados para la manipulación y utilización de los elementos pirotécnicos”.

Otros ejemplos

Distintas provincias del territorio nacional ya cuentan con la prohibición de pirotecnia. Mendoza, Neuquén y Tierra del Fuego se encuentran entre las que ya le dijeron basta.

Particularmente en Rosario la Ordenanza 7571/2003 establece que dentro de los límites del Municipio está prohibida  la comercialización, tenencia y uso de todo artificio pirotécnico que no haya sido calificado de "venta libre".