Las explicaciones que General Motors ofreció a la hora de suspender a 350 trabajadores, por el período de nueve meses en la planta de Alvear, fueron dos: la recesión en Brasil, que afectó la exportación nacional, y la utilización de nueva tecnología para la producción.

Sin embargo, la situación crítica que la compañía manifiesta en cuanto a comercialización y financiación de la firma, no parece ser tan acertada. 

"Siempre dicen que están en crisis, después traen otro modelo y contratan gente nueva, más barata, sin efectivizar y con contratos bajos", se quejó Germán Tonero, delegado de la General Motors, en diálogo con Rosarioplus.com. "La fábrica ya tiene programada la producción hasta fin de año al mismo ritmo que llevaba antes de las suspensiones", agregó el trabajador.

En cuanto a las condiciones laborales de los empleados de la planta de Alvear, el representante gremial indicó: "Los compañeros se están quejando porque falta gente, le recargaron las tareas, no llegan con los tiempos".

La compañía estadounidense comenzó a producir desde marzo de 2016 un nuevo modelo de auto (Cruze II) y un motor de última tecnología. Dicho proceso se denominó "Proyecto Fénix", y obligó a una inversiones de 750 millones de dólares para ampliar y adecuar las instalaciones del complejo. El nuevo vehículo es comercializado en más de 40 mercados globales.

"El modelo nuevo se exporta a todo el mundo y vale el doble que el Corsa Classic (automóvil que se producía anteriormente en la planta)", indicó Tonero y advirtió: "La empresa quiere seguir produciendo, pagando menos sueldos y recargando de trabajo a los que no suspendieron".

Sobre la postura de General Motors, el delegado aseguró: "La compañía está aprovechando esta situación nacional, en donde las empresas están despidiendo trabajadores, para ellos también sumarse a la oleada". "Quieren sacar más ganancias con menos trabajadores", concluyó.

Precarización y lesiones laborales

La recarga de funciones a la cual están expuestos los trabajadores de General Motors provoca que varios operarios sufran lesiones importantes que los afecte al largo plazo.

"Las lesiones no se denuncian en las ART, el servicio médico trata de tapar las enfermedades con pastillas o inyecciones", denunció el delegado Germán Tonero y agregó: "La mayoría de los obreros han sufrido alguna lesión. En cuatro o cinco años muchos se quieren ir porque no encuentran respuesta por parte de la empresa".

En cuanto a la imagen que la empresa genera en la socidad, el trabajador remarcó: "Parece una panacea del trabajo pero en realidad se vive una explotación. A los dos años uno se provoca una lesión casi garantizada en esa fábrica".