Los trabajadores que fueron suspendidos por la General Motors no cesan en su reclamo. Este martes marcharon por las calles del microcentro rosarino y en la protesta encontraron apoyo de la ciudadanía. En la planta reina el malestar porque los empleados que quedaron, ante la ausencia de sus compañeros, están sobrecargados.

La movida fue grande y, el objetivo, conseguir que los rosarinos en general conozcan el conflicto. Buena parte de los 350 empleados suspendidos se movilizaron acompañados por representantes de otros sindicatos. Todo mientras el gremio que los nuclea (Smata) insiste en homologar el acuerdo con General Motors para que las suspensiones tomen estado legal.

Sebastián Romero, representante de la asamblea, contó desde la marcha a Rosarioplus.com que “la gente en la calle nos pide que no aflojemos, que sigamos en la lucha”.

En tanto, reveló que dentro de la fábrica con sede en Alvear “hay mucho malestar por parte de los compañeros que quedaron por la manera en que están produciendo”. Ocurre que con 350 trabajadores menos, se sobrecargaron funciones sobre los empleados que continúan en funciones.

Por otro lado, según Romero, General Motors contrató “personal tercerizado para ocupar el puesto que dejamos los suspendidos”.

La lucha de los trabajadores volvió a hacerse visible este miércoles pero lleva varios días en agenda. La semana pasada, con una masiva asamblea que contó con apoyo de concejales y diputados, los obreros suspendidos dieron el primer paso rumbo al único objetivo: conseguir que se mantengan las fuentes laborales.