El acto multitudinario de este jueves tuvo un condimento que no pasó inadvertido. En el escenario, junto con los y las referentes de movimientos sociales y sindicatos, una intérprete de Lengua de Señas Argentina (LSA) le puso el cuerpo a los discursos y las denuncias. No fue la primera vez que ocurrió. Pero casi. Lo que es seguro es que fue una novedad para la mayoría, arriba y abajo del escenario. “La accesibilidad garantiza que los derechos de las personas con discapacidad estén contemplados. En este caso, para la comunidad sorda, que pudo saber qué persigue esta marcha, por qué la gente está reclamando, qué está pasando en la ciudad donde vive. Si no hay accesibilidad se quedan por fuera de la información oficial”, explicó Marisol Akerman, la protagonista, a Rosarioplus.com.

Marisol recibió el llamado este miércoles por la noche. Un grupo de docentes nucleadas en Amsafé había participado hacía poco en una charla sobre Lenguas de Señas Argentina y cayeron en la cuenta, a último momento, que era la oportunidad de aplicar lo aprendido en la capacitación. La intérprete primero dijo que no. Después, aconsejada por una colega, tomó la posta. Lo importante, dijo a este medio, era visibilizar la relevancia de que haya una intérprete. 

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No fue la primera vez que una intérprete forma parte de un acto multitudinario. La iniciativa, sin embargo, no es común. Y de hecho, salvo por el 8 de marzo, no es sencillo especificar en qué actos hubo. Marisol nunca había estado frente a tanta gente. Su mayor dificultad, dijo, fue “el contexto”.  “Todo fue atípico. A veces se me ponía alguien adelante y yo tenía que interrumpir lo que hacía para correrlo y se me iba el discurso. Una sabe que la primera vez es así. Lo importante es que se está pensando más que nada en la accesibilidad y en la comunidad sorda. Una se centra en eso”, contó. 

La mujer explicó que iniciativas como ésta son una forma de garantizar los derechos de las personas con discapacidad. En este caso, de la comunidad sorda. Es un paso más en el acceso a la información y es importante que la demanda haya surgido de los propios organizadores del acto. 

“Los bienes y servicios tienen que ser pensados accesibles para todos. No hay que esperar a que haya una demanda, porque es una cuestión de derechos, en este caso, del acceso a la información. Este derecho, además, no tiene que recaer en la responsabilidad de la persona con discapacidad, sino que es responsabilidad de la sociedad. Una persona sorda sabe de alguna manera lo que está pasando porque vive acá. Pero en los noticieros no hay intérprete, por ejemplo. Que haya alguien en el acto permite que puedan sentirse parte y de saber que si van a reclamar por lo mismo que el resto van a ser parte de lo que se esté hablando en la marcha”, sostuvo la intérprete. 

El 13 de abril pasado, la Lengua de Señas Argentina fue reconocida como lengua propia y natural de las personas sordas por el Congreso de la Nación, al aprobar la ley nacional de LSA (27.710). Santa Fe cuenta con una norma propia en la materia (13.258) desde 2012, pero nunca fue reglamentada.