Tras la muerte de Gerardo Pichón Escobar en agosto del año pasado, el Concejo arremetió con una serie de reformas a la Ordenanza 8552 que regula el trabajo de los denominados patovicas, principales apuntados por el crimen del joven empleado municipal que había ido a bailar al bar La Tienda la noche de su desaparición. Con un nuevo caso de abusos por parte de guardias de seguridad de un boliche, el Legislativo le apunta al municipio por no cumplir las modificaciones introducidas hace ya poco más de un año.

En ese sentido, la concejala Norma López, una de las impulsoras del proyecto en su momento, reclama que la Municipalidad haga público el Padrón Único de Personal, la “modificación principal” a la ordenanza de los patovicas. Según la reforma efectuada en octubre del año pasado, el Ejecutivo debía publicar en su página web la nómina de trabajadores y empleadores del negocio de la noche, cosa que aún no sucedió. Por esto, la edila del Frente Para la Victoria presentará esta semana un pedido formal para que el municipio cumpla con la Ordenanza.

Lo que está fallando claramente es el control de policía de la Municipalidad de Rosario, es la que tiene que realizar los controles e inspecciones, y velar no solamente por los trabajadores si no por los ciudadanos que asisten a fiestas o espacios públicos de diversión”, expresó la edila en diálogo con Rosarioplus.com.

La concejala aseguró no tener información de por qué el municipio no avanzó en la publicación del padrón. “Pero es como tantas otras cosas más que hace la Municipalidad, que tiene que reglamentar ordenanzas o generar espacios que desde el Concejo Municipal instamos a hacerlo y no lo hacen”. 

También desconoce López si, al margen de no haberlo divulgado en su página web como indica la Ordenanza, el municipio confeccionó dicho registro de patovicas. “Mientras no sea público yo no puedo garantizar que esté creado, porque es una información sensible que el municipio tiene que poner a disposición de todos los ciudadanos”, apuntó.

Pero, a la vez, la concejala no está conforme con lo actuado en el resto de las reformas que se habían aplicado. Una de sus quejas está en el curso que la Secretaría municipal de Derechos Humanos debe brindar a los patovicas. “Es un curso bastante flojo, con una formación bastante endeble”, sostuvo.