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Un hombre y dos mujeres acusados de regentear tres prostíbulos con mujeres extranjeras en las afueras de Rosario fueron procesados por el delito de "trata con explotación sexual". Los bares nocturnos funcionaban sobre la ruta A-012.

El juez federal 3 de Rosario, Carlos Vera Barros, les dictó prisión preventiva a los tres imputados y le trabó embargo a cada uno de ellos por 20.000 pesos, añadieron los informantes. Los acusados, cuyas identidades no se suministraron, fueron detenidos el 21 de agosto último en el marco de una investigación iniciada por la delegación local de la Policía Federal Argentina (PFA).

Según la causa, los detenidos regenteaban tres locales nocturnos denominados “El bar del Negro Olmedo”; “Azul” y “El Rojo”, que funcionaban sobre la ruta nacional A-012 entre las localidades de Pueblo Esther y General Lagos.

La pesquisa determinó que los tres locales funcionaban en tándem bajo un sistema de “copas y pases” y pertenecerían a un mismo propietario. En ellos se explotaba sexualmente a mujeres extranjeras, mayormente oriundas de República Dominicana, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF) a través de su página web.

La investigación determinó que las mujeres llegaban a los bares en remises cuyo 50 por ciento debían pagar ellas mismas e ingresaban al sistema “con una deuda monetaria que para poder saldarla tendrían que trabajar ofreciendo servicios sexuales dentro de los establecimientos investigados”, declaró un policía que participó de la pesquisa.

Agregó que “esa suma serviría para los gastos comunes del inicio de la actividad, como ser la compra de preservativos, papel higiénico, rollysec, prendas íntimas”.

De acuerdo a este testigo, “esta suma funcionaría como enganche y a partir de ahí las mujeres están todo el tiempo endeudadas con el dueño” de los prostíbulos.

La deuda se incrementaba por motivos de conducta, horarios, trasgresión a ciertas reglas implícitas. En el sitio llamado el bar “El Negro Olmedo” había en forma precaria ciertos lugares destinados a la actividad sexual, tanto dentro del lugar como en las afueras, donde “hay un galponcito”, señala la investigación.

“Los responsables habrían ejercido distintos mecanismos de coacción y control respecto a las víctimas ya que, además de retenerles el 50 por ciento de sus ganancias durante el período de permanencia en el prostíbulo, llevaban adelante un sistema de vigilancia constante”, agrega la resolución del juez.