El tribunal de Cámara Penal integrado por los jueces Gustavo Salvador, Carina Lurati y Gabriela Sansó rechazó un recurso de inconstitucionalidad presentado por la defensa del hombre que asesinó con dos cómplices y escondió en un pozo al joven Fabricio Zulatto en agosto de 2016.

Los jueces de Cámara rechazaron el recurso presentado por la defensora pública de Andrés Soza Bernard, Gabriela Valli, para quien el tribunal fue arbitrario en la valoración de la prueba y por considerar inconstitucional la pena de prisión perpetua y la declaración de reincidencia contra Soza Bernard.

Para los camaristas, el recurso presentado por Valli no son más que “vagas alegaciones de carácter genérico” que consisten en “una mera enumeración de principios constitucionales sin formulación concreta del perjuicio constitucional ocasionado”, razón por la que no cumple con los requisitos exigidos para llegar a la Corte provincial.

Según se desprende del fallo, la defensora de Soza Bernard se equivoca al pretender la competencia de la Corte Suprema basándose en la discrepancia del análisis de la prueba realizada por la Cámara. La distinta valoración de la prueba no es motivo suficiente para que intervenga el máximo tribunal: “una cosa es que aquélla no comparta los argumentos del pronunciamiento y otra diferente es sostener que los fundamentos esbozados para resolver como se lo hizo sean antojadizos o irrazonables en aquellos casos en que la decisión objetada ha sido debidamente fundada” .

Al analizar los reproches a la sentencia de Cámara los jueces entendieron que fueron reiterados casi con exactitud los cuestionamientos efectuados en primera y segunda instancia, sin formular nuevos agravios por la supuesta arbitrariedad de la sentencia.

Además, el recurso presentado tampoco cumple con el requisito de realizar un relato claro y circunstanciado de los hechos relevantes, sino que presenta una visión parcializada de los mismos.

El martes 9 de agosto de 2016, Zulatto salió de su casa en su VW Gol Trend negro para dirigirse a comprar un cargador para el celular y luego encontrarse con un amigo. Sin embargo, el joven nunca llegó a su destino y fue encontrado dos días después, sin vida, en un pozo profundo de una vivienda ubicada en Génova al 2100.

Aquel 9 de agosto en que el joven desapareció, fue golpeado duramente y rematado de tres disparos en la cabeza. Según la fiscal, Soza Bernard luego hizo desaparecer el vehículo del joven y dejó a Mortier y a un tercero con el trabajo de enterrar el cuerpo.