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En 2015, el Gran Rosario cerró con 224 crímenes, 26 menos que en 2014 y 40 respecto a 2013, año récord con 264 homicidios. Los tres registros arrojan patrones muy similares respecto a los picos y las mesetas según las fechas del calendario: en los meses de mayo, junio y julio se producen menos asesinatos en relación a lo que sucede en la primera y la última parte del año. Sin embargo, esa tendencia parece haberse modificado en 2016. La ciudad y sus alrededores contabilizan 30 muertes violentas en los últimos 52 días.

Con los cuatros crímenes que se produjeron durante el feriado largo, la cifra global supera la barrera de 100 homicidios, de los cuales 71 se perpetuaron en el primer cuatrimestre del año. La nueva ola de homicidios tiene como víctimas a barras bravas de las dos tribunas más concurridas de la ciudad (tres casos) y a los eslabones más débiles de las bandas que pelean por adueñarse del territorio en los barrios de la periferia. El móvil del "ajuste de cuentas" aparece en el 85% de las investigaciones, según los registros de Fiscalía.

Para el periodista y diputado provincial Carlos Del Frade (Frente Social y Popular), el trasfondo del nuevo espiral de violencia hay que buscarlo en el "movimiento de piezas" que se está produciendo en el negocio del narcotráfico tras el debilitamiento operativo de Los Monos, banda que se quedó sin liderazgo visible. 

A su juicio, el calendario explica también el tendal de muertes. "No es casualidad que esta nueva saga de crímenes se produzca justo ahora. Se cumplieron tres años de la muerte del Pájaro Cantero. Nos tiraron a toda la sociedad el cadáver de Julio César Navarro, alías Cara de Goma, el número dos de Andrés 'Pillín' Bracamonte, hombre vinculado al negocio narco y asociado a los Cantero. El mensajes es que los leales a Los Monos van a terminar como él", explica Del Frade en diálogo con Rosarioplus.com.

El legislador elaboró un detallado informe (124 páginas) que días atrás presentó ante la Cámara de Diputados. En el texto se describe el "mapa narco" desplegado sobre la ciudad. Hay datos cruzados, fuentes oficiales y muchos nombres propios. Su conclusión es que el narcotráfico de Rosario tiene un nuevo "gerente": la banda de "Los Alvarados", revitalizada tras la liberación a principios de mes de Estaban Alvarado, uno de sus jefes.   

"Si la política no dice aquello que el miedo de la gente no se atreve a decir, quién se hace cargo del sufrimiento de la sociedad. No podemos callar más porque el mundo paralelo del narcotráfico se hizo gigante por el silencio de la política y de los medios de comunicación", detalla el diputado sobre el motivo central que lo llevó a elaborar su denuncia.

Este martes, Del Frade viajó a Buenos Aires para asistir a una reunión en el Ministerio de Seguridad de la Nación junto a legisladores de todo el país. Dejó varias copias de su informe arriba de la mesa. "Ojalá lo lean y entiendan que la problemática no se soluciona con mano dura", señala.

"Los Alvarados" vs "Los Pillines"

El documento detalla que en 2013 el "negocio paraestatal" del narcotráfico del Gran Rosario quedó divido en seis zonas.  Los Monos, en el sur; los Alvarado, en el centro; Luis Medina en el oeste; los Pillines, en el norte; Los Zacarías" en las localidades de San Lorenzo, Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez; y "Los Bassi" en Villa Gobernador Gálvez.

Tres años después, consumado el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero y la caída en desgracia de los otros líderes de Los Monos, el asesinato de Luis Medina (diciembre de 2013), la detención del Delfín Zacarías (octubre de 2013) y la sangría de Los Bassi, la pelea, según Del Frade, parece haber quedado entre "Los Alvarados" y "Los Pillines".

Esteban Lindor Alvarado, líder de este primer grupo, cumplía hasta principios de junio una condena en la cárcel de Campana. Había sido sentenciado a seis años de prisión por el Tribunal Oral Criminal de San Isidro por estar sindicado como responsable de la una organización dedicada al robo de autos que luego eran introducidos en el mercado negro. 

No obstante, días atrás, el tribunal revisó el falló y absolvió a la mayoría de los integrantes de la banda en 32 de los 50 delitos cometidos. La resolución posibilitó la liberación de Alvarado. "El violento reacomodamiento que estamos padeciendo lo tiene a Alvarado como gerente mayor del negocio narco en Rosario", subraya Del Frade

Dos crímenes emblemáticos en el "nuevo escenario"

En el extenso listado de víctimas de los últimos meses, hay dos nombres que "hablan de este nuevo fuego cruzado", explica Del Frade. El 1 de abril fue asesinado Gustavo Pérez Castelli, de 55 años, padre de Justina Pérez Castelli, la mujer que fue ultimada junto al empresario Luis Medina a fines de 2013 en el Acceso Sur. El "Baba", como se lo conocía en la calle, le había jurado venganza a Alvarado por haber ordenado la balacera que terminó con la vida de su hija. "Este crimen demuestra la nueva vuelta de rosca de la que estamos hablando", insiste el diputado. 

El 25 de mayo, en una jornada que terminó con cinco homicidios, asesinaron a Julio César Navarro, uno de los históricos referentes de la barra de Central,  "una organización que siempre respondió a Los Monos", según se desprende del informe. "Es probable que Navarro pagara por su cercanía con Braccamonte Los tiros van dirigidos a quienes siguen jugando para los intereses de una banda desplazada del centro del negocio narco", afirma Del Frade

Y concluye: "En ese contexto, los asesinatos del ex suegro de Luis Medina y de Cara de Goma nos arriman a una construcción de sentido entre los que recorren las calles: la familia Alvarado parece haberse quedado con lo que antes era de los Cantero".