La tía de la adolescente que murió tras haber sido secuestrada el martes a la tarde, a la salida de la escuela en el barrio porteño de Flores, aseguró que uno de los delincuentes es un remisero conocido de la familia de la víctima. Y con ese detalle se explicó que la chica, Xiomara Méndez Morales, de 15 años, haya subido al auto de sus captores sin sospechar de sus intenciones. 

"Ella salió de la escuela con las compañeras y un hombre la estaba esperando en la esquina", dijo la mujer, de nombre Katherine. Y aseguró que su sobrina reconoció al hombre que la esperaba y confió al punto de separarse de sus compañeras y subir con él al auto.

Una hora después del secuestro, los captores se comunicaron con la familia Méndez Morales para pedir rescate. Lo hicieron desde el teléfono de Xiomara al de su madre, vía WhatsApp. Trascendió que pidieron 30 mil pesos y cocaína a cambio de liberar a la chica. Katherine reveló que de fondo escucharon el llanto de Xiomara. “La nena no hablaba pero su mamá la escuchaba llorar“, relató su tía.

El padre de la rehén pagó el dinero a las 2.30, en un contenedor situado en el cruce de las avenidas Boedo y Chiclana, en el límite entre Flores y Parque Patricios. Los captores recogieron el rescate pero no liberaron a la chica. El dato de que la chica hubiera reconocido al remisero entre sus captores podría explicar el desenlace fatal: le habrían dado muerte para evitar una delación. 

“Los padres fueron a la comisaría 38 y no les tomaron la denuncia“, indicó la tía. Esta mañana todo salió a la luz cuando los delincuentes eludieron un control vehicular, la policía los persiguió hasta hacerlos chocar con un remise estacionado en el acceso Oeste, en Ituzaingó.

Fueron detenidos dos ocupantes del Fiat Duna rojo, de 35 y 40 años, pero la joven apareció sin vida, envuelta, maniatada y asfixiada con un cinturón al cuello y la boca amordazada, en el asiento trasero del coche.