En la cuadra donde este jueves al anochecer asesinaron a un hombre y dejaron malherida a su esposa, casi todas las viviendas están decoradas con las huellas de balazos que se reiteran casi a diario y sin riesgo de que la Policía haga algo por evitarlo. 

En las manzanas alrededor de Esquiuú y Solís los vecinos suelen entrar después de las 6 de la tarde y salir solo si es indispensable. Además de las balaceras, los mafiosos suelen dejar papelitos con amenazas e intimaciones a los vecinos a dejar su casa y resignarse a mudar de allí. “Dejá la casa o hay plomo”, suelen escribir, palabras más o menos.

El vecindario señala la presencia de 2 o 3 puntos fijos de venta de drogas, algo que parecen ignorar en la cercana comisaría 12ª y en la policía en general.

Acaso uno de los mandados obligados en ese linde de los barrios Ludueña y Empalme Graneros sea ir hasta el almacén que Juan José Gómez atendía en Fray Mamerto Esquiuú al 5900, junto a Graciela, su esposa. Hasta anoche a las 20, cuando una ráfaga de disparos segó la vida del hombre en la puerta del comercio, y también alcanzó a herir a la señora, que estaba en el comedor de la vivienda. Fue el homicidio n°11 en los primeros 12 días del año. Luego de un 2022 record, que contó 287 muertes violentas. 

Ella está hospitalizada en el Heca, en estado reservado. Y pensar que Gómez había dejado de ser taxista, cansado de sufrir asaltos, para poner la granjita y seguir así. 

Quebrada por el dolor, habló una hija de Juan José y Graciela al móvil de Sí 98.9: “No vino nadie a amenazar. A la esquina sí, a la señora, para que deje la casa, pero a ellos no. A la señora de enfrente la amenazaron también para que se vaya, pero ¿por qué hay que dejar la casa, por qué si se rompen el alma trabajando?”, dijo. 

“Mi papá vivió acá toda la vida. Dicen que estaba parado en la puerta con mi hermano. Tiraron, mi papá lo empujó a mi hermano y le pegaron dos tiros. Tiraron un montón porque hay agujeros por todos lados”, completó la mujer. 

La hija de las víctimas agregó: “Las balas entraron porque mi mamá estaba en el comedor y le entró un tiro en el brazo, entró y salió. Está internada todavía”, dijo. 

Mientras los vecinos seguían comentando el suceso, arribó una cuadrilla de Aguas Santafesinas a un sector de la calle, anegado por un caño roto. El motivo de la pérdida de agua había sido una balacera anterior.

En cuanto al estado de Graciela, la médica Andrea Becherucci desde la guardia del Heca explicó: “La señora se encuentra estable, sigue internada pero estable. Arribaron ella y su esposo anoche, pero el señor falleció poco después por efecto de las heridas que recibió en la zona torácico abdominal”, dijo.