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Luis Marcelo Escobar, quien es juzgado en Rosario por 18 casos de abuso sexual contra mujeres entre el 2014 y el 2016 y para quien la Fiscalía reclamó que se lo condene a 50 años de prisión, pidió este jueves perdón "a las víctimas y a sus familias" y reveló que cuando tenía diez años fue abusado por dos hombres.

Escobar, a quien se le concedió la posibilidad de decir sus últimas palabras en el juicio oral, dijo que sufrió el abuso en el pueblo en el que vivía de niño.

Aseguró que su psicóloga lo “convenció” de “sacar lo que tengo adentro para liberarme” y explicó que cree que “entre el 2014 y 2016 (fechas en las que se produjeron los casos de los que está acusado) algo me pasó porque quiero encontrar una razón para hacer algo que no quise”.

Escobar relató que “nunca se lo conté a nadie y ahora lo revelo aquí” y dijo que está “arrepentido de todo”.

“Necesito pedir perdón a las víctimas, a los familiares, a mis hijos y a mi familia por algo que quizás hice sin conocimiento por lo que me pasó cuando era chico”, sostuvo, autoinculpándose.

En la última audiencia del juicio oral antes de la sentencia, destinada a los alegatos finales, la fiscal del caso Carla Cerliani reiteró el pedido de la pena de 50 años de prisión que había adelantado cuando comenzó el proceso, y lo acusó de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma, en calidad de autor en 12 oportunidades; por abuso sexual simple en cuatro oportunidades y por abuso sexual en grado de tentativa en dos casos.

Para la fiscal, a lo largo del juicio pudo probarse que el acusado es el autor material de “los hechos aberrantes” relatados por las víctimas y sus familiares y también responsable de las “secuelas” que les dejó a sus 18 víctimas de entre 14 y 25 años.

“Todas lo reconocieron en las ruedas de reconocimientos, hasta el punto de que una de ellas sostuvo que el hombre que la abusó ‘era ese gordo asqueroso que me levantó en el auto’”, alegó la fiscal.

Además, apuntó como “clave” el dato aportado por la última de sus víctimas de 14 años cuando el 16 de agosto de 2016 a la salida del colegio fue engañada y violada en un descampado.

“Fue clave porque pudo identificar el auto, un Fiat Duna y la patente y así se logró en Rosario su detención cuando se desplazaba en el mismo auto junto a su mujer y tres de sus hijos menores”, describió la fiscal.

En esa línea argumental resaltó que “todas las chicas coincidieron en el relato del ardid que usaba Escobar para engañarlas haciéndose pasar por policía de civil y que con el excusa de llevarlas a la comisaría para una requisa las llevaba a un descampado, donde bajo amenaza usando un arma de fuego las violaba”.

“A todas, luego de abusarlas, las abandonaba y les prohibía que no se den vuelta, pero uno de ellas lo hizo, se dio vuelta, y eso fue clave porque esta víctima que estuvo internada varios días en el hospital pediátrico de Rosario debido a las lesiones que le ocasionó, describió el auto y proporcionó la patente”, subrayó.

La fiscal valoró las declaraciones de todas las víctimas, “quienes vinieron a prestar su testimonio junto a sus familias porque solo quieren justicia para que no les pase a otras chicas”.

Por su parte, en su alegato la defensora oficial, Luisa Cañabate, le pidió al Tribunal que tenga en cuenta como atenuante lo manifestado en la sala por el acusado sobre lo que contó que le ocurrió en su infancia.

El Tribunal integrado dará a conocer el veredicto el miércoles próximo a las 13.