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Nora Oroño (54 años) merendaba junto a sus nietos cuando escuchó el timbre de puerta. Se levantó, preguntó quién estaba del otro lado y abrió. Una ráfaga de disparos terminó con su vida. Jonathan Rosales (25 años) caminaba junto a su novia y su hijo de ocho meses por una calle del sur de la ciudad. Un auto aminoró su marcha y se detuvo. El acompañante bajó la ventanilla y apretó varias veces el gatillo. El muchacho cayó fulminado en una zanja. Su mujer tuvo que ser hospitalizada y el bebé, milagrosamente, no sufrió ningún rasguño.

Ambos crímenes ocurrieron este miércoles en Rosario. El primero se registró a las 16 en una vivienda de Regimiento 11 al 87 bis, en pleno barrio Saladillo. El segundo se produjo a las 23 en Padre Giacone al 1400, una zona oscura de la periferia. Las investigaciones quedaron a cargo del fiscal Pablo Pintos, quien este mediodía brindó una conferencia de prensa para dar algunos detalles de las primeras pericias.

Señaló que todavía hay pocos elementos de prueba, pero deslizó que por el entrecruzamiento de nombres los homicidios “podrían estar vinculados”. En los pasillos de fiscalía se baraja la posibilidad de que ambos casos respondan a patrones que se repiten en el mapa criminal de la ciudad: venganzas relacionadas al mundo de la droga.

Respecto al primer hecho, Pinto describió que “tocaron el timbre de la vivienda, la mujer salió a atender y una persona que estaba a bordo de una motocicleta efectuó al menos seis disparos”. Los antecedentes de sus dos hijos parecen la llave para encaminar la investigación.

Según las primeras pesquisas, uno de ellos, Eduardo Marcelo Yosti, de 27 años, fue asesinado en enero de 2013 en la puerta de una obra en construcción. El otro, Gerardo Yosti (29), apareció en una emblemática crónica policial: lo detuvieron el 14 de marzo de 2014 cuando la policía buscaba a Juan Domingo Ramírez, un integrante de la banda de Los Monos que días atrás había protagonizado una escandaloso fuga.

Junto a él cayeron dos mujeres de apellido Franchetti, hermanas de Matías el Cuatrerito, integrante de la barra de Newell´s, asesinado días atrás en la puerta del club. “Tenemos que juntarnos con los otros fiscales que llevan estas investigaciones para establecer si hay algún tipo de vínculo”, admitió Pinto.

Sobre el segundo crimen, el fiscal dijo que la víctima caminaba junto a su pareja, de 18 años, y su bebé cuando se “presentó un vehículo de cuyo interior empezaron a efectuar disparos” y aclaró que se está trabajando “para ver si hay alguna relación con el primer crimen”.

Rosales sufrió múltiples heridas de bala y murió en el lugar. La mujer, en tanto, recibió un disparo en una pierna y fue traslada al Hospital Roque Sáenz Peña. El niño salió ileso de la violenta y sangrienta escena.