La persecución policial de jóvenes por “actitudes sospechosas” que luego no se confirman es una tendencia que va en aumento según el abogado Santiago Bereciartua, que integra la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación. En diálogo con Sí 98.9 analizó la relación entre delito, accionar policial y estigmatización en Santa Fe.

“La Policía tiene la facultad de pedir documentos y trabajar desde la sospecha, aun cuando es un concepto difuso. Pero debería tener la tecnología para poder comprobar antecedentes en la calle antes que llevar 6 horas a un pibe a la comisaría”, opinó. Para el profesional, esto es una forma de fragmentar a la ciudadanía y estigmatizar a quienes usan gorra o responden a un estereotipo de “joven de barrio”.

“La fuerza de seguridad termina dando rienda suelta para apresar a los chicos de los barrios y «ningunearlos» por cómo visten y por donde caminan, lamentó. "El estereotipo de 'pibe chorro' es perseguido, pero no el que comete una estafa en un banco porque no usa gorrita”, lamentó Bereciartua.

Lo que se juega, insistió el abogado, es el respeto por los derechos y también cómo esta persecución puede volverse “más que la solución, el problema”. Abundó: “Los policías y la sociedad estigmatizan. Lo que pretende ser un remedio (averiguación de antecedentes) termina siendo un generador de problemas. El pibe, por elegir cómo vestir, se siente estigmatizado y terminan actuando la 'etiquete' que le pone sociedad”. Y sostuvo: “En todos los barrios hay delito y trabajo informal. La amplia mayoría de la población que vive no comete los delitos y son las primeras víctimas”.

https://radiocut.fm/audiocut/yafue-hablamos-con-santiago-bereciartua-de-la-secretaria-de-ddhh-de-la-nacion/

Que no baje

Consultado sobre la idea de bajar de edad de imputabilidad que algunos voceros del gobierno de Cambiemos pusieron en debate, el abogado opinó: “Mientras los medios de comunicación no reviertan la estrategia de estigmatizar, no se puede cambiar y permite que las autoridades políticas den rienda suelta a las fuerzas de seguridad".

"Lograr un cambio de mentalidad es difícil porque implica cambiar cómo nos informamos y pensamos la realidad. Es cultural y educativo. Estos pibes son responsables penales de los actos que cometan, pero no nos podemos quedar con eso. Es incómodo pensar en el trasfondo de por qué lo hace”, cerró.