El primer paro general contra la gestión de Mauricio Macri se sintió en las calles de Rosario con mucha adhesión. Poco movimiento de tránsito más allá de los que optaron por caminar, la bicicleta o, por qué no, el auto como excepción.

Tanto Plaza Montenegro como Plaza Sarmiento, dos espacios que concentran gran cantidad de paradas de colectivos, se mostraban desiertas dado que el acatamiento de la UTA fue total.

En tanto, eran contados con los dedos de una mano los locales que levantaron sus persianas. Alguna carnicería en Pichincha, algún pequeño super en el centro, algún aislado local cerca de un sanatorio. 

Los empleados de las estaciones de servicio decidieron plegarse al paro y los surtidores no se utilizarán en todo el día. Los rosarinos, precavidos, coparon las estaciones el miércoles por la noche para cargar combustible.