"Voy a gobernar para todos los 215 millones de brasileños, incluso para quienes no me votaron. No existen dos Brasil", afirmó Luiz Inácio Lula da Silva el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en su primer discurso como presidente electo, en el que convocó a "reconstruir el alma de Brasil".

Lula puso énfasis en la pacificación: "Es hora de bajar las armas que jamás deberían haber sido empuñadas, las armas matan y defendemos la vida", aseguró, un día después del incidente en el que una diputada bolsonarista persiguió por la calle con un arma a un hombre negro con el que discutió en la vereda de un bar.

"Los principales problemas pueden resolverse con diálogo y no con fuerza bruta", manifestó el líder de izquierda. "Vamos a restablecer el diálogo para luchar contra el hambre y con el Legislativo, sin intentar cooptar, sino reconstruir la convivencia armoniosa y republicana", aseguró, después de que la alianza de partidos que apoya a Bolsonaro obtuvo una amplia mayoría en el Congreso en la primera vuelta del 2 de octubre.

A su vez, criticó sin nombrarlo y con dureza al presidente saliente, Jair Bolsonaro y recordó: "Intentaron enterrarme vivo y estoy aquí".