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Heridas abiertas

“Todavía están las heridas de las elecciones”. Así fundamentó una dirigente del Frente Progresista a la demora que continuó esta semana en la transición local entre el socialismo, que se toma todo su tiempo para blanquear números, y la necesidad del intendente Pablo Javkin por ordenar sus carpetas para poner un pie en el Palacio de los Leones el 11 de diciembre.

Se deberá transitar este proceso y recién ahí, cuando se determinen los heridos y los empoderados, se empezará a reconfigurar el Frente Progresista. Habrá recalibraciones de poder pero no sólo en lo partidario sino también en el Concejo local.

Esto no es menor, porque la suerte de Javkin dependerá en parte de los acuerdos tácitos que se sostengan en los primeros meses de gestión entre el oficialismo y el PJ. Desde el entorno de Roberto Sukerman esperan que llegue el llamado del intendente electo, ya que, si bien perdió la elección, el peronista está sentado arriba de 175 mil votos rosarinos. Por ahora no llega el contacto, pero repiten que "primero debe atender frentes internos". 

"Siempre dispuestos a dar gobernabilidad. Lamentablemente el Frente Progresista prefirió en estos años hacer acuerdos con Cambiemos más que con nosotros", sostuvo Roberto Sukerman a Rosarioplus.com. Lo cierto es que Cambiemos ya no es muy potable para armar acuerdos de este tipo luego de implosionar a nivel provincial y probablemente ocurran movimientos en el plano local.

“Si a Pablo le va bien, al Frente y al socialismo le irá bien. Eso es así de simple”, razonó la misma fuente, y dijo que de acá a diciembre deberán cerrar las “heridas lógicas”. Se refiere a la interna en la cual el socialismo perdió la posibilidad de ser gobierno luego de 30 años al mando.

Presupuesto al cesto

Como era previsible, la transición santafesina iba a tensionarse con el Presupuesto 2020. El perottismo pidió patear el tratamiento para “diciembre, enero” desconfiando de los números que pueda armar el socialismo y fundamentando su pedido en que las variables economicas se clarificarán una vez que Alberto Fernández asuma el gobierno nacional, como todo parece indicar. 

El socialismo, que venía desoyendo las ofensivas ligadas al déficit, esta vez no se aguantó y pidió que Omar Perotti “aparezca y ordene al PJ” en la transición y el pedido lo haga formalmente. Finalmente esto sucedió tres días después y el socialismo no demoró en acceder.  

En el medio la violencia en la ciudad de Santa Fe estalló y el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, intervino la Unidad Regional I. El perottismo no hizo leña del árbol caído y no le pegó duro por ese lado al socialismo, más allá de que la campaña se haya centrado en la conducción de la policía. Son equilibrios entre ofensivas y bálsamos en medio de la transición que quizás ahora se empiece a encaminarse de manera algo más serena.  

Otra Nueva Oportunidad

El miércoles de sol radiante acompañó a los miles de pibes de los barrios y organizaciones de base que se sumaron a la jornada de reclamo en la plaza San Martín, y que temen por un rumor de finalización del programa Nueva Oportunidad con el cambio de gobierno provincial.

El programa alcanza a sectores vulnerables: chicos que salen de consumos problemáticos y víctimas de violencia de género o en conflicto con la ley a quienes se le da capacitación de oficios.

Desde el PJ vienen pronosticando un escenario difícil con el que asumirán en término de finanzas, incluso no se descartan que haya algunos ajustes en los primeros meses de gestión. Justamente piden porque se valore la implicancia de dicho programa que alcanza a unos 15 mil jóvenes en toda la provincia.

Si bien las organizaciones estuvieron detrás del encuentro, fueron los propios beneficiarios del programa quienes mostraron la preocupación sobre el destino del Nueva Oportunidad. Esto le da al reclamo un sentido doble respeto a lo genuino del mismo y a lo relevante que resultó que la juventud tenga aspiraciones y no cerrarse en un futuro incierto.