Solo en la zona central de Rosario hay un centenar de nuevos edificios que tienen una conexión eléctrica precaria. Los habitantes viven en departamentos recién estrenados y algunos con más de dos años de uso, pero con luz de obra, es decir, sin medidores en cada una de esas viviendas. Las quejas se multiplican y mientras los inquilinos buscan rescindir los contratos, los dueños exigen respuestas a las constructoras, que a su vez las trasladan a la Empresa Provincial de la Energía (EPE).

Gabriel Savino, a cargo de la Defensoría del Pueblo de la provincia, dijo a Rosarioplus.com que la situación fue planteada en la última audiencia pública con la Empresa Provincia de la Energía (EPE) para el aumento de las tarifas de luz. “Expusimos, entre otros temas, el tiempo que tarda la EPE en conectar un medidor cuando la obra ya está finalizada. Esto representa un detrimento para quienes viven en esos edificios porque no tienen puesto el servicio a su nombre”, apuntó el defensor.

La falta de medidores no sólo significa un problema de seguridad. También genera que, al no haber medidores individualizados, quienes consumen menos luz deban hacerse cargo del gasto compartido con vecinos que tienen, por ejemplo, varios equipos de aire acondicionado. Savino hizo hincapié en que existen casos que datan de tres años de antigüedad y aún hoy se mantienen dentro de esta irregularidad, más allá que “se haya presentado el reclamo en la EPE, además de las comunicaciones de oficio desde la Defensoría, sin respuesta hasta el día de hoy. Lo que deja en claro la falta de infraestructura y la falta de voluntad de algunos funcionarios de no dar respuesta”.  

El Defensor del Pueblo también puso el ojo en la Municipalidad, encargada de habilitar las obras pese a que, una vez terminadas, no haya infraestructura para prestar el servicio ya sea de luz, gas o cloacas. "Son problemas que se van sumando a la mala calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad”, sostuvo. 

Savino destacó que la queja más frecuente de quiénes se acercan a su oficina a reclamar es en cuanto a los costos que genera tener la luz eléctrica en estas condiciones porque “hay consumidores responsables, pero otros que no y abusan del servicio porque el pago de la factura se divide de manera equitativa entre todos los vecinos del edificio”. Como ejemplo citó a un jubilado que consume poca energía y en la división se ver perjudicado y paga por el que “desperdicia”.

Asimismo, desde la Asociación de Empresarios de la Vivienda de Santa Fe (AEV Santa Fe) expresaron preocupación por la demora en las obras que debe hacer la EPE. Según ellos, antes tardaban meses. Ahora ya se cuenta por años. Los edificios se siguen construyendo y lo hacen con el aval de la EPE, que asegura que las viviendas contarán con la conexión eléctrica y con la suficiente potencia. “Sin este okey, los arquitectos no pueden iniciar una obra. Sin embargo, cuando los vecinos, esperanzados, se apostan en las nuevas viviendas descubren que siguen con la luz de obra (que se colocó justamente para la construcción) y que se corta la electricidad. Entonces empiezan los reclamos. Es que el suministro eléctrico no da abasto y cuando se enchufa los artefactos eléctricos todo salta por los aires”.

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