Debido al aumento de casos y la inminente segunda ola de coronavirus en el país, el Gobierno nacional comenzó a tomar una serie de decisiones para contener los contagios. Al "toque sanitario" para disminuir la circulación, se le sumaría una restricción para los vuelos internacionales que salen y llegan al país.

Según trascendió, no se va a cerrar el aeropuerto de Ezeiza sino que se establecerá una reducción de 30% de las frecuencias semanales. La medida no afectaría a los vuelos de cabotaje.

Con esta medida, las autoridades buscan contener la movilidad de las personas y, fundamentalmente, la llegada de la nueva cepa de covid que ya tiene casos de contagios en varios países del mundo, en especial, en Europa.

El ministro de Transporte, Mario Meoni, indicó este miércoles que los vuelos de cabotaje continuarán operando como hasta ahora, pero advirtió que se va a realizar "un seguimiento más profundo de los pasajeros y pasajeras que circulan por el país", en virtud del crecimiento del número de contagios de coronavirus.

"Hay provincias que están pidiendo PCR negativo para el ingreso a su jurisdicción y estamos viendo cómo implementamos ese mecanismo, pero los servicios de larga distancia van a continuar", expresó el funcionario.

A fines de diciembre el gobierno ya había ampliado los requisitos para el ingreso al país y egreso de argentinos y residentes a través del aeropuerto internacional de Ezeiza o de San Fernando. Estos incluyen la presentación de un test de PCR negativo y la realización de una cuarentena obligatoria de 7 días.

En ese marco, se determinó también la suspensión de la llegada y salida de vuelos desde y hacia Italia, Dinamarca, Países Bajos, Australia y Gran Bretaña.