No debió ser un domingo cualquiera para el ministro de Economía y candidato presidencial Sergio Massa. Mientras se daba a conocer una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman, donde se lo ubica como al candidato individualmente más votado. El Fondo Monetario Internacional anunciaba oficialmente la llegada a un acuerdo “de objetivos y parámetros” con Argentina. Si además la foto se completó con una tira con chorizos y vino en la mesa familiar en Tigre, fue un día redondo. El postre sería que el organismo internacional esté dispuesto a firmar antes del 31 de junio
cuando operan vencimientos por más de 2700 millones de dólares.

El acuerdo con condiciones básicas cerrado por los funcionarios argentinos y el staff técnico del FMI comprende el programa de desembolsos para la Argentina del segundo semestre y que el Staff Level Agreement sea oficializado el miércoles o jueves próximo. Día en el que el propio Massa llegaría a Washington.

Ayer, desde el Palacio de Hacienda subrayaron el “fuerte respaldo e involucramiento de la Casa Blanca y el Congreso de EEUU para empujar el acuerdo” con el FMI. Lo que siempre se supo: Massa es un candidato que no desagrada ni al establishment ni a la Embajada.

Fuentes confiables del Palacio de Hacienda citadas por la agencia Télam indicaron que "los desembolsos, una vez rubricado el acuerdo, ascenderían a unos 10.000 millones de dólares, hasta fin de año". Y agregaron que dicho “acuerdo busca consolidar el orden fiscal y
fortalecer las reservas reconociendo el fuerte impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país”.

También el impacto debe haber llegado a la oposición, que semanas antes había enviado a sus economistas a calentar los oídos de funcionarios del FMI para que no ablanden las condiciones impuestas a la Argentina y así poner en serios problemas al gobierno nacional antes de las elecciones del 13 de agosto. Massa había revelado públicamente que un funcionario del FMI que forma parte de las negociaciones que lleva adelante el país le reveló que "hubo economistas de la oposición en la Argentina que en los últimos días se comunicaron y decían: ´No les den nada, pídanle todo porque la Argentina tiene que pasarla mal ahora’".

Pero ese mismo 13 de julio el propio ministro vaticinó que de todas formas, “el entendimiento se va a alcanzar sin resignar la capacidad soberana y sin rendirse al altar del ajuste fiscal".

En ese mismo acto público, Massa recordó que el expresidente Mauricio "Macri trajo al Fondo y condenó a la Argentina a discutir cada tres meses sus programas" y que hoy la responsabilidad del oficialismo "es construir un modelo de país que entre 2023 y 2027 se desarrolle, exporte, junte los dólares, le pague al Fondo y lo saque de vuelta de
la Argentina".

Consultado por el diario Página/12 acerca de su encuesta, Bacman señaló que el escenario electoral no está definido, pero que Massa “se encamina a ser el candidato más votado. No es un tema menor, eso impacta”, señaló el consultor que mencionó también que la interna en Unión por la Patria es apacible. ”La cuestión está en la economía y en un punto relevante: el acuerdo con el FMI y si se logra en términos beneficiosos”, destacó antes de conocer que se había arribado a un acuerdo.

Si bien queda por definirse un segmento de independientes moderados que aún no decidieron qué harán, son indecisos que al mismo tiempo representan “una oportunidad para Massa. En paralelo, Massa tampoco debe apartarse del núcleo duro cristinista”, señala el titular del CEOP, que señaló también que Juan Grabois logra más de un cinco por ciento, en su encuesta lo que es un porcentaje significativo teniendo en cuenta que la mayoría de los sectores internos del peronismo respaldan a Massa.