En la noche del domingo 10, del lado del candidato perdedor en público se celebraba el acompañamiento del electorado que entienden significa el surgimiento de una nueva y más amplia fuerza política en la ciudad, pero en off se buscaban responsables de la derrota. 

Los primeros señalamientos fueron hacia los a priori compañeros del frente Juntos Avancemos del cual no apoyaron a sus candidatos a gobernador, diputados y senador. E incluso en la elección de concejales de la ciudad, con más afinidad por el primero de lista del frente, desde el comienzo plantearon una oposición que terminó dejando en tercer lugar a su candidata, Caren Tepp.  

Sin ir más lejos, en la misma jornada de espera de resultados no hubo unidad y “Rosario sin Miedo” (la alianza entre Ciudad Futura y el Movimiento Evita) tuvo su centro en el Complejo Forest (ex Madame) mientras que Marcelo Lewandowski como cabeza de Juntos Avancemos con su candidatura para gobernador reunió a dirigentes del PJ local y provincial en el Centro Cultural Atlas. 

Se encuentran también motivos para la derrota en el accionar propio de Monteverde en las últimas semanas de campaña, con declaraciones del candidato que tenían por objetivo convencer al ciudadano alejado de la política pero que tuvo como coletazo opuesto el hecho de que muchos ideológicamente alineados con el peronismo o con fuerzas de izquierda no quisieran acompañarlo con su voto. 

Tal es el caso que, contabilizando solo los votos de la ciudad de Rosario, Pablo Javkin obtuvo más sufragios que los otros candidatos de su espacio para los otros cargos (Schmuck, Seisas, García y Pullaro). O mirando a cuatro años atrás, la diferencia que definió esta elección fue del doble a la de 2019; y la suma de Monteverde y Sukerman de entonces, hoy habría sido ganadora. 

Las críticas a la estrategia del candidato de Ciudad Futura que se dejaron trascender en los últimos días también señalan a la oportunidad desaprovechada del debate. En esa jornada cara a cara tuvo a un golpe de knock out al intendente que defendía su puesto, quien incluso hasta último momento intentó evitar el enfrentamiento televisivo dado que a todo oficialismo una instancia de debate lo coloca en una situación incómoda. Sin embargo, el retador dejó pasar su chance optando por hablar de los proyectos de subte y de un “Movistar Arena” que resultaron utópicos, fuera de contexto, con absoluta falta de tacto social y muy lejanos a las problemáticas de los habitantes de la Rosario actual, aquejada principalmente por la inseguridad. 

El final de este 2023 político para Rosario dejará a un intendente con ánimos renovados y con la fortaleza de un gobernador alineado (y apostando por un presidente también afín) y a una oposición que buscará demostrar en la práctica la potencia que intentaron exhibir en el discurso posterior a la derrota. Ante un oficialismo unido y cohesionado en la ciudad y la provincia, resta ver si las fuerzas que integraron Juntos Avancemos mantienen el acuerdo que se forjó para las elecciones pero alimentó rispideces sin cosechar éxitos.